lunes, 27 de enero de 2025

Pío XII, un Papa entre Hitler y Mussolini

Muy recientemente, llegó a las librerías «M. La hora del destino» de Antonio Scurati, la última novela de este autor que dedicaba a narrar el ascenso, auge y caída de Benito Mussolini. En este volumen cobraba peso la Segunda Guerra Mundial, con la perspectiva de los verdugos y no de las víctimas, como apuntaba el autor italiano en una nota inicial, dado que, por su relación con los nazis, Italia fue a la vez agresor y verdugo de los hechos: «Todo un pueblo arrojado al matadero de la historia», decía el escritor, que se internaba en la Alemania nazi y con ella, se sumergía en el fascismo y el Gobierno italiano.

Era el relato de un hundimiento, como dirá el mismo Mussolini en una nota escrita durante su encarcelamiento, en el verano de 1943, y a la vez, era el colofón de algo que Scurati había contado en un volumen anterior, «M. El hombre de la providencia», en el que se seguían los pasos de este militar y político siempre valiente y audaz, y sobre todo tremendamente ambicioso. Pues bien, en este libro, que arrancaba en la Roma de 1925 y presentaba las dificultades que Mussolini hubo de afrontar para llevar a cabo sus retos autoritarios, aparecían frases muy llamativas del que era entonces el Papa de Roma, Pío XI.

Por ejemplo, el líder de la Iglesia católica, se decía en la narración, «ha proclamado “urbi et orbi” que toda amenaza contra la vida de Benito Mussolini es una amenaza para la supervivencia de Italia». Asimismo, dentro de algunas citas extraídas de documentación fehaciente, se aludía a una alocución del mismo Papa pronunciada en el consistorio del 20 de diciembre de 1926: «Indignación, horror, es lo que debe suscitar el malsano atentado contra la vida del presidente del Gobierno, el Excmo. Sr. Benito Mussolini, del hombre que gobierna el destino del país con tanta energía como para hacer temer que el propio país periclite cada vez que periclita su persona». De hecho, el Duce, a ojos del arzobispo de Praga en una vista a Roma, es «el hombre de la providencia», afirmación que hará suya más tarde Pío XI en un acto ante estudiantes y profesores de la Universidad Católica.

Temor al comunismo

Lo sorprendente es que, en el libro más reciente, «M. La hora del destino», no aparezca el Papa de nuevo como personaje, aunque no el de la otra narración a la que hacíamos referencia, sino a Pío XII, dada la relevancia que tuvo la presencia de este en el periodo de la Segunda Guerra Mundial. De este eclesiástico apareció un libro hace dos años que ya está disponible en español, «El Papa en guerra. La historia secreta de Pío XII, Mussolini y Hitler» (traducción de Joan Eloi Roca). En él, como contó para «The New York Times» Jason Horowitz, el autor David I. Kertzer «analiza la participación de la Iglesia en la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto […]. El libro documenta el proceso personal de toma de decisiones que llevó al papa Pío XII a no pronunciarse prácticamente para nada sobre el genocidio de Hitler y sostiene que se subestima la influencia del pontífice en la guerra. Y no de forma positiva».

El citado periodista habló con este autor (noticia de junio de 2022), que es profesor de Ciencias Sociales de la Universidad Paul Dupee, Jr., profesor de antropología y estudios italianos en la Universidad de Brown y síndico de la Academia Estadounidense en Roma, y que se ha entregado durante décadas a conocer la historia oculta del Vaticano. Tal interés tuvo un origen biográfico, pues el padre de Kertzer era un rabino canadiense que participó como teniente y capellán del Ejército estadounidense en la liberación de Roma; además, su familia adoptó a una adolescente que había perdido a los suyos, asesinados en el campo de concentración de Auschwitz. Todo esto le fue llevando a explorar cómo Pío XII, en su aversión al comunismo y en el convencimiento de que las potencias del Eje vencerían en la contienda, no quiso ir en contra ni de Hitler ni de Mussolini en pos de proteger los intereses de la Iglesia. «También le preocupaba que ponerse contra el Führer alejara a millones de católicos alemanes», añadía Horowitz.

Kertzer había publicado anteriormente «Los papas contra los judíos» y «The Pope and Mussolini» (premio Pulitzer), de tal forma que ya había incursionado en este asunto, ante la aceptación y respeto de los archivistas del Vaticano, que reconocen su trabajo. «Tal vez hasta se alegran de que alguien de fuera puede sacar esto a la luz, porque es incómodo tal vez que algunos de ellos lo hagan», dijo al citado periódico. Los archivos papales, en este sentido, se habían cerrado tras la muerte de Pío XII en 1958 hasta que, finalmente, el papa Francisco ordenó su apertura, lo cual se hizo efectivo en marzo de 2020.

Santificado o demonizado

En todo caso, en «El Papa en guerra», en sus palabras iniciales, ofrece a los lectores el primer relato completo de estos acontecimientos en torno a la relación papal con el Holocausto, aprovechando que en 2020 se abrieron determinados archivos. Por ello, «sus páginas están llenas de nuevas revelaciones y de materiales desconocidos hasta ahora. Mientras investigaba para este libro leí miles de páginas de estos documentos, aquellos más directamente relacionados con las decisiones que Pío XII tomó entre 1939 y 1945», como por ejemplo las respuestas del Papa ante la solicitud de Mussolini para que hubiera «un mayor apoyo católico a la guerra del Eje. Otros consisten en informes de los nuncios del santo padre y otros líderes de la Iglesia en la Europa ocupada por los nazis, detallando las atrocidades que presenciaban y aconsejando al papa sobre qué acciones tomar».

Se hace así un recorrido por uno de los papas más controvertidos de la historia de la Iglesia, que fue propuesto para la santidad por algunos y que fue vilipendiado por otros, provocando grandes debates en torno siempre a su relación con los regímenes nazi y fascista y sus acciones —o no acciones, podríamos decir— durante la Segunda Guerra Mundial. Incluso se le acusó de rechazar expresamente a los judíos. Y sin embargo, como no podía ser de otra manera, «los defensores de Pío XII pintan un cuadro muy diferente, un retrato de gran virtud» en que destacaría su «valentía excepcional» y que, contrariamente a lo que se dijo, «se enfrentó heroicamente a los nazis y sus aliados fascistas italianos. Lejos de mostrar indiferencia ante el destino de los judíos de Europa, según esta versión, trabajó efectiva e incansablemente para salvarlos», escribe Kertzer.

Con todo, más allá del hecho de preguntarse a quién creer, tal vez lo de verdad interesante es ir conociendo, de la mano del investigador, el complejo contexto, lleno de incertidumbres, en que los líderes de aquella Europa en llamas tuvieron que afrontar. A veces, además, tal cosa procedía de ciertas recomendaciones, como la que llevó a cabo el asesor principal del Vaticano por medio de una carta en la que aconsejó al Papa que se mantuviera al margen de lo que estaban haciendo los nazis con respecto a los campos de exterminio. Otras fuentes, en cambio, afirma que el trabajo diplomático con el Tercer Reich hizo que fueran liberados «católicos no arios» en una cantidad que ronda los doscientos cincuenta.

El autor alude a los numerosos espías que Mussolini tenía dentro del Vaticano, «que despachaban regularmente informes sobre las intrigas, traiciones y conflictos dentro de sus muros durante esos años», y al mismo tiempo elabora una crónica de la manera en que Italia sufrió la contienda armada. «Mientras el dictador italiano dependía del papa para asegurar el apoyo de la Iglesia a la guerra, Pío XII tendría sus propias razones para querer mantenerse en buenos términos con Mussolini», escribe Kertzer. Así, el lector irá descubriendo cuáles eran esos motivos y la red de complicadísimas elecciones que debían darse para comprender cómo este papa «se enfrentó a un mundo desgarrado por la guerra, temiendo por el futuro de la Iglesia que lideraba y bajo una incesante presión para denunciar a los malvados». Un relato dramático en la historia de la Iglesia católica, en definitiva, necesario de conocer para tener una visión más completa de la Segunda Guerra Mundial en terrenos lejos de las batallas pero igualmente trascendentes para la político y la sociedad del momento.

Publicado en La Razón, 11-XII-2024