lunes, 24 de febrero de 2025

Entrevista capotiana a Sònia Guillén

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Sònia Guillén.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? En mi casa, con mi familia. Aunque espero que mis hijos pudieran salir o me odiarían.

¿Prefiere los animales a la gente? Me encantan los animales, pero prefiero a las personas.  Disfruto demasiado compartir ideas y emociones o, simplemente, reír un rato.

¿Es usted cruel? Nunca. No soporto ningún tipo de crueldad.

¿Tiene muchos amigos? Me considero afortunada por tener unos pocos buenos amigos y por tratar con muchas personas a las que aprecio y que enriquecen mi vida.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Lealtad y bondad. Que compartan mis alegrías y me ayuden a soportar los fracasos.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Alguna vez, imagino que como a todo el mundo. También he tenido momentos en los que no he estado a la altura. Pero como ya he dicho, me siento afortunada por el círculo íntimo que me rodea.

¿Es usted una persona sincera? Depende. No suelo mentir, pero si me sinceridad puede herir a alguien y no aporta nada, prefiero ser educada. Con las personas de mi círculo y en las cosas importantes, lo soy siempre.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Me apasiona leer y el cine. Montar comidas con mi familia y amigos.

¿Qué le da más miedo? La pérdida de un ser querido. La crueldad y el fanatismo.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La injusticia y el abuso.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Durante muchos años ya hice otra cosa y ser escritora ha sido un gran cambio de vida.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Sí. Boxeo.

¿Sabe cocinar? Sí. No me gusta mucho en el día a día y cada vez lo hago menos, pero los fines de semana, es agradable compartir una buena comida y una larga sobremesa.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A mi padre. Cuando murió yo era muy  joven y me quedaron muchas conversaciones pendientes.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Amor. En el sentido amplio de la palabra: por los demás, por los animales, por el planeta.

¿Y la más peligrosa? Odio. Lleva al fanatismo.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No alguien que conociera directamente. Pero sí que he pensado que el mundo sería mejor si muriese algún responsable de genocidios.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Progresista, humanista, demócrata. Me angustian los políticos que anteponen su ego al bien común y los fanáticos de cualquier ideología o creencia.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?  Cualquier cosa que mejorara el mundo.  

¿Cuáles son sus vicios principales? Más bien tengo defectos, entre otros la impaciencia y la dispersión. Pero como vicios, quizás  la gula. Antes no era un problema, pero ahora…

¿Y sus virtudes? Bondad y empatía.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Es una situación terrible, pero espero que me pasaran los momentos felices de mi infancia con mis padres y hermanos, así como los que he vivido con la familia que he construido.

T. M.