domingo, 18 de marzo de 2012

Entrevista capotiana a Laura Pérez Vernetti





En 1972, el escritor estadounidense Truman Capote (1924-1984) publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama 1999), y en él el autor de A sangre fría se entrevistaba a sí mismo con especial astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Laura Pérez Vernetti.


Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Creo que París sería la ciudad en la que viviría más entretenida y a gusto.
¿Prefiere los animales a la gente? Prefiero sin duda a la gente. Hay muchos animales, como los perros (muy numerosos en mi barrio), que con su insistente ladrar agresivo, me molestan.
¿Es usted cruel? No de una forma premeditada.
¿Tiene muchos amigos? Soy una persona con un montón de amigos y amigas, sobre todo, en el sector de las artes y la cultura.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? Inteligencia, curiosidad, cultura y simpatía.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? No me suelen decepcionar porque tampoco yo les exijo lo imposible.
¿Es usted una persona sincera? Soy más bien sincera cuando la sinceridad no significa pura torpeza y falta de consideración.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Dibujando y leyendo. Necesito dibujar cada día algunas horas y los libros y la lectura son un placer para mí.
¿Qué le da más miedo? Las pesadillas. Suelo tener unas pesadillas terroríficas, por lo que no suelo ver películas de terror.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La crueldad, la brutalidad y las personas con un ego desbordante que pisotean a los demás. Personas con un ego apisonadora muy frecuentes en el mundillo de las artes y la cultura.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Seguramente me habría dedicado al mundo de la enseñanza. Siempre me ha interesado esa fase conflictiva, crítica y dolorosa de la adolescencia y de los adolescentes y sus penurias.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Nado 60 piscinas (de 25 metros cada una) a la semana, pero desde hace unos meses ando liadísima, por lo que no he podido nadar.
¿Sabe cocinar? Soy muy buena cocinera pero sólo de una docena de recetas.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A Fernando Pessoa, al que le he dedicado mi última novela gráfica.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Amor.
¿Y la más peligrosa? Envidia.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? En muchas ocasiones, sobre todo por celos.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Bailarina. La música y el baile me chiflan desde mi infancia.
¿Cuáles son sus vicios principales? La angustia, a veces, por causas realmente irrelevantes.
¿Y sus virtudes? La perseverancia. Llevo dedicada al cómic e ilustración más de 30 años, perseverando incluso en épocas de gran precariedad y crisis en mi sector profesional. Por suerte con la edad ha mejorado considerablemente mi prestigio como historietista e ilustradora, teniendo en cuenta la grave situación laboral y económica que atraviesa España en estos momentos y, sobre todo, el sector de las artes.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Seguramente me espantaría el vacío de una página en blanco y la imposibilidad de garabatear algún dibujo en ella.
T. M.