Decía
Pessoa que el lugar al que se vuelve siempre es distinto. El protagonista de
esta novela de Toni Morrison (1931), cuyo título original es “Home”, el soldado
fugitivo Frank Money, tendrá esa percepción a través de un regreso a su tierra.
El lector apreciará una estructura interesante –el primer capítulo evoca un
episodio infantil y el protagonista toma en cursiva la voz para confesar sus
recuerdos bélicos–, pero la novela es descendente. La vuelta-huida de Frank, al
que “todo le recordaba hechos cargados de dolor”, hace arrancar la acción con
expectativas y suspense, pero luego el texto se bifurca en otros personajes que
rodearon su crecimiento y el interés se diluye.
La
obra entonces se centra en su hermana, Cee, que se deja embaucar por un chico
con labia y traicionero, y en la cruel abuela, todo en una localidad de Georgia
que ejemplifica un tiempo mísero marcado por la violencia y el racismo y en el
que se está expuesto al abuso policial y a las habladurías pueblerinas. “En
Lotus, no había más objetivo que respirar”, se dice en la página 91. “Respirar”
es la primera palabra de la novela, y al fin veremos cuál es el trauma que
persigue a Frank tras su paso por la guerra de Corea y regrese a un lugar que ya no puede ser el mismo.