En 1972, el escritor estadounidense Truman
Capote (1924-1984) publicó un original texto que venía a ser la autobiografía
que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama 1999), y en él el
autor de A sangre fría
se entrevistaba a sí mismo con especial astucia y brillantez. Aquellas
preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres,
ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana»,
con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Manuel Vilas.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Nueva York. O cualquier ciudad grande,
Madrid, París. Un sitio donde pasar desapercibido.
¿Prefiere los animales a la gente?
¿Prefiere los animales a la gente?
Jamás. Siempre a la gente. Lo que pasa
es que los perros para mí son personas que no acaban de hablar muy bien.
¿Es
usted cruel?
No. Soy un santo.
¿Tiene
muchos amigos?
Sí. La gente me quiere. No tengo tiempo
para dedicárselo a tantos amigos, eso me jode.
¿Qué
cualidades busca en sus amigos?
Que me amen.
¿Suelen
decepcionarle sus amigos?
Nunca.
¿Es usted una persona sincera?
¿Es usted una persona sincera?
No sé qué es la sinceridad. No soy un
hombre serio.
¿Cómo
prefiere ocupar su tiempo libre?
No tengo tiempo libre. Siempre estoy
sufriendo.
¿Qué
le da más miedo?
No le tengo miedo a nada ni a nadie.
¿Qué
le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Me escandalizan las malas personas.
Si
no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Me habría muerto.
¿Practica
algún tipo de ejercicio físico?
La natación y el esquí.
¿Sabe
cocinar?
Un poco.
Si
el Reader’s Digest le
encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a
quién elegiría?
A mí mismo.
¿Cuál
es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Amor.
¿Y
la más peligrosa?
Intolerancia.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Nunca.
¿Cuáles
son sus tendencias políticas?
Soy marxista. El único esquiador
marxista del mundo.
Si
pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Dios.
¿Cuáles
son sus vicios principales?
El alcohol y el sexo sin amor.
¿Y
sus virtudes?
La terquedad y el humor.
Imagine
que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían
por la cabeza?
No puedo morir. Es imposible que alguien como yo muera.
Puedo hacerme el muerto, como mucho. Por tanto, no tendría nada de especial lo
que pensase mientras me ahogase. Podría pensar en que tenía que llevar el coche
a pasar la ITV, por ejemplo.
T. M.