En
1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía
que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se
entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que
sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora,
extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la
que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Daniel Sánchez Pardos.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Respuesta instintiva: Londres. Respuesta meditada: Barcelona.
¿Prefiere los animales a la gente?
Con muy
pocas excepciones, no.
¿Es usted cruel?
Me atrevo a decir que
no.
¿Tiene muchos amigos?
Tengo buenos amigos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Empatía y sentido
del humor.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Todo el mundo
decepciona a todo el mundo, en alguna ocasión. Es decir: no.
¿Es usted una persona sincera?
Intento
serlo casi siempre, pero de forma civilizada.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leyendo, escribiendo,
paseando por ciudades desconocidas.
¿Qué le da más miedo?
La muerte
de los demás.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Hoy por hoy, la
desvergüenza de quienes nos gobiernan (a través de las urnas o sin ellas) y de
quienes pululan a su alrededor.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho?
Toda clase
de trabajos artesanales me resultan atractivos, quizá porque yo soy totalmente
incapaz de realizarlos.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Camino.
¿Sabe cocinar?
Lo justo para ir
sobreviviendo.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Soy tan poco
mitómano, que no se me ocurre a quién elegir.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de
esperanza?
Cada vez lo parece
menos, pero tendrá que ser “futuro”.
¿Y la más peligrosa?
“Convicción”.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Nunca a nadie que
conozca personalmente, y casi nunca demasiado en serio.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Progresista, de
izquierdas y desorientado.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Me gustan
los gatos, pero no estoy seguro de querer convertirme en uno. Quizá por unas
horas, para probar.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Tengo muy pocos
vicios interesantes. Soy un tipo aburrido.
¿Y sus virtudes?
Tampoco tengo
virtudes interesantes.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Ahora que lo pienso,
morir ahogado sería una buena respuesta a esa pregunta anterior sobre qué me da
más miedo. En todo caso, quiero pensar que vería las caras de todas las personas
que son o han sido importantes en mi vida.
T. M.