domingo, 8 de diciembre de 2013

Entrevista capotiana a Erika Martínez

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Erika Martínez.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
La cama.
¿Prefiere los animales a la gente?
Sólo cuando los tengo sobre el plato.
¿Es usted cruel?
Mucho menos de lo que me gustaría.
¿Tiene muchos amigos?
La justa medida.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Con que no me detesten voy de sobra.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No, porque no espero nada de ellos. Estoy dispuesta a recibir lo que ellos estén dispuestos a darme.
¿Es usted una persona sincera? 
Si fuera mentirosa, también le diría que sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
No tengo tiempo libre. Soy muy mala capataz de mí misma.
¿Qué le da más miedo?
Los pasillos de los centros comerciales.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
El escándalo es enemigo del pensamiento. Siempre prefiero enfadarme.
Si no hubiera decidido ser escritora, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Nunca decidí ser escritora y ni siquiera estoy segura de serlo. Escribo, aparte de hacer otras muchas cosas. Suena bien, pero no tengo demasiado claro qué es una vida creativa.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Subo escaleras.
¿Sabe cocinar?
En absoluto. Como pizza, pasta y arroz cocido.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Escribiría sobre Dereje, guía africano de alta montaña que una vez me confesó su amor por Richard Attenborough, documentalista y lord.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Amor.
¿Y la más peligrosa?
Amor.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Muy despacio.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Izquierda en movimiento.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Árbol.
¿Cuáles son sus vicios principales?
El cine, el vino, las gominolas.
¿Y sus virtudes?
Estoy viva y eso me convierte en una criatura muy atractiva.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Las de los poemas que no he escrito.

T. M.