jueves, 12 de diciembre de 2013

Entrevista capotiana a José Luis Rey

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de José Luis Rey.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Madrid, París, Roma…
¿Prefiere los animales a la gente?
Solo a veces me gusta la gente. Pero los animales no me gustan casi nunca, excepto los perros de mi hermano.
¿Es usted cruel?
¿Cruel después de la infancia? Se supone que eso nos lo van quitando. No, no creo serlo ya.
¿Tiene muchos amigos?
Por supuesto que no, ¿por quién me toma? Eso sí, los pocos que tengo son buenos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
La lealtad, la inteligencia y el humor.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Si son buenos, no. Pero por eso tengo pocos. Si tuviera muchos sería un gran decepcionado.
¿Es usted una persona sincera? 
La educación muchas veces consiste en no ser sincero. En temas literarios y estéticos, siempre he sido sincero, pero sin querer molestar a nadie.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leyendo, leyendo y a veces tomando copas con mi hermano Jorge o mi amigo Joaquín.
¿Qué le da más miedo?
El dolor.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La corrupción, la falta de ideales puros.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Ni lo puedo imaginar. ¿Qué habría sido de mí? Si todo hubiera ido bien, acaso sería notario.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Caminar.
¿Sabe cocinar?
No.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Arthur Rimbaud. O a Juan Ramón Jiménez.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Vida.
¿Y la más peligrosa?
Traición.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No, cada uno ya tiene su muerte propia, como decía Rilke.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Soy militante del PSOE desde hace diez años, pero es por pura ideología. No quiero servir a nadie ni deseo ningún cargo.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Bob Dylan.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Los libros y el tabaco; espero dejar lo último.
¿Y sus virtudes?
El entusiasmo, las ganas de crear y vivir.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
No me pasaría sino terror.
T. M.