domingo, 27 de abril de 2014

Entrevista capotiana a Iago Fernández

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Iago Fernández.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Mi “cuarto propio”.
¿Prefiere los animales a la gente?
De ninguna manera.
¿Es usted cruel?
A veces.
¿Tiene muchos amigos?
No.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Ironía, inteligencia y honestidad, aunque la ironía ya es de por sí una forma superior de honestidad.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No.
¿Es usted una persona sincera? 
Tampoco, de modo que sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leyendo, viendo películas y hablando con mi novia, excepto que sea fin de semana y haya un bar abierto.
¿Qué le da más miedo?
La falta de integridad, que al fin y al cabo es la estilización (moral) del miedo a la muerte.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Utilizar demasiado el facebook y pasar un día sin leer.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Estudiar derecho.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Escribo en prosa, que a veces agota físicamente, y mantengo relaciones sexuales con mi novia siempre que la ocasión me lo permita.
¿Sabe cocinar?
No.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Si fuera un personaje histórico, al poeta Hart Crane, que murió en el mar y nadie sabe cómo ni por qué; si fuera un personaje contemporáneo, a PSY, el compositor del gangnam style, cuya vida es más interesante de lo que parece...
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
En gallego, “Ardora”, que se refiere al resplandor de los peces cuando coletean en la superficie del agua.
¿Y la más peligrosa?
Verdad” o “mentira”, supongo.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Claro.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
De izquierda.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
No soy una cosa; las cosas no tienen espíritu, ni deseo, ni voluntad. Supongamos que, como yo sí tengo los tres atributos, pudiera tender a suprimirme para volverme cosa. En tal caso, me gustaría ser una flor, un estuco, cualquier detalle bonito que no llamase mucho la atención.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Tengo mala hostia.
¿Y sus virtudes?
También sentido del humor.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Las de la ardora.

T. M