martes, 24 de junio de 2014

Entrevista capotiana a Hugo Gutiérrez Vega

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, Hugo Gutiérrez Vega.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
La Isla del Egeo, Amorgós.
¿Prefiere los animales a la gente?
Sí.
¿Es usted cruel?
No.
¿Tiene muchos amigos?
Sí.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Lealtad y alegría.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Rara vez.
¿Es usted una persona sincera? 
Sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leyendo, viendo cine.
¿Qué le da más miedo?
El desamor y la violencia.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Nada.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Ser pastor en el Peloponeso.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Camino, nado.
¿Sabe cocinar?
Sí.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
No lo escribiría.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Amor.
¿Y la más peligrosa?
Traición.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Centro-izquierda.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Gato.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Gula (ya nada más).
¿Y sus virtudes?
Lealtad.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Dios al final del túnel.

T. M.