viernes, 28 de noviembre de 2014

Entrevista capotiana a David Torres

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la «entrevista capotiana» con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de David Torres.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
El planeta Tierra. No me gusta viajar al extranjero.
¿Prefiere los animales a la gente?
Prefiero la gente que parecen animales de cuatro patas que los animales de dos patas que parecen gente. 
¿Es usted cruel?
A menudo, sobre todo conmigo mismo.
¿Tiene muchos amigos?
Demasiados, diría yo.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
La bondad y la indulgencia. Si no, no podrían ser mis amigos. 
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Siempre. Soy muy exigente. 
¿Es usted una persona sincera?
A la vista está.  
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leyendo  y escribiendo, que son dos operaciones reversibles. 
¿Qué le da más miedo?
La vida.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
El pudor. 
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Mi viejo sueño es ser millonario pero me gusta tan poco el dinero que en seguida lo gasto. 
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Antes hacía natación, ahora la siesta. 
¿Sabe cocinar?
Lo mismo que escribir: muy poco, una docena de platos, pero los domino cada vez mejor. 
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Idi Amin Dada. 
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Stop. 
¿Y la más peligrosa?
Amor.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Muchas veces, pero me detuvo el código penal. 
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Al fondo a la izquierda. 
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Un jamón.
¿Cuáles son sus vicios principales?
La ansiedad y la ira. 
¿Y sus virtudes?
La lujuria y la pereza. 
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? 
En el esquema clásico, sirenas. 
T. M.