lunes, 22 de diciembre de 2014

Entrevista capotiana a Octavio Escobar Giraldo

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Octavio Escobar Giraldo.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Quizá Río de Janeiro, pero espero no estar nunca en esa encrucijada.
¿Prefiere los animales a la gente?
No.
¿Es usted cruel?
A veces. Cada vez menos.
¿Tiene muchos amigos?
No, pero quiero a muchos de mis conocidos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Que me hagan reír, que sepan reírse de sí mismos. Que puedan ser leales en casi todas las situaciones.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No. Nos conocemos lo suficiente.
¿Es usted una persona sincera?
Cada vez más, sin caer en la grosería. A veces soy simplemente silencioso.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Libros, cine, deportes, caminar.
¿Qué le da más miedo?
La invalidez.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Los políticos, obviamente.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Me hubiera encantado ser músico, pero no tengo el talento. Cocinar, entonces.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Sí. Camino, nado y juego basquetbol con mis amigos.
¿Sabe cocinar?
Estoy aprendiendo.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
No lo sé. Dependerá del momento en que me lo propongan.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Mañana.
¿Y la más peligrosa?
Necesario.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No con verdadero empeño. A uno o dos los maté en alguna de mis ficciones.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Creo que todo el mundo tiene derecho a la salud, la vivienda, la educación y la dignidad.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Fui médico. A veces me tienta la arquitectura.
¿Cuáles son sus vicios principales?
No sé si el talento para no hacer nada forma parte de los vicios.
¿Y sus virtudes?
Puedo pasarme horas sin hacer nada.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
La de un bote salvavidas.

T. M.