viernes, 13 de febrero de 2015

Entrevista capotiana a Patricia Muñiz

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Patricia Muñiz.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Iba a responder en un barrio bien comunicado de una ciudad con buen clima, porque me encanta tenerlo todo cerca y poder desplazarme a cualquier sitio prescindiendo del coche. Pero claro, si no voy a poder salir de esa ciudad ¿por qué iba a necesitar que estuviera bien comunicado? El buen clima seguiría siendo un requisito imprescindible, porque me gusta salir a pasear y pasar tiempo en la calle. Me gusta entrar y salir a todas horas, sin tener que estar pendiente de la temperatura ni del transporte. Ese lugar, bien podría ser Barcelona, mi ciudad, pero no me importaría que fuera otra, donde también pudiera combinar una vida cosmopolita con otra más íntima, más de barrio. Un lugar con algarabía y vida al aire libre, donde también se pudiera disfrutar en clubes nocturnos y círculos secretos en los que se tuviera que entrar con contraseña. Me gustaría vivir en una ciudad con música, libros,  amor por la educación y por la cultura. Que tuviera mar (o al menos un río), y también montaña (o al menos colinas). Un lugar que no fuera pequeño, pero tampoco demasiado grande, con calles estrechas y grandes avenidas. Puesto que nunca podría salir de ahí, me gustaría que fuera un sitio donde pudiera hacer, sin ningún tipo de restricción, todo lo que debe hacerse en una vida.
¿Prefiere los animales a la gente?
Me encantan los animales. No he conseguido vivir largos periodos de tiempo sin la compañía de un gato, aunque también es cierto que tampoco lo he conseguido sin la compañía de personas. Según el momento, prefiero a los unos o a los otros. Desde luego, no desearía tener que vérmelas con ningún animal ni persona que fuera a atacarme o a agredirme. 
¿Es usted cruel?
¡Vaya pregunta! Creo que la crueldad se aprende, igual que la compasión, y que todas las personas podemos ser muy crueles. La cuestión es cuándo y con quien decidimos sacar esa crueldad. Yo lo hago muy pocas veces, pero no soy ninguna santa. Por supuesto, no me gustan las personas que ejercen la crueldad simplemente por sentir poder. Odio a los abusadores y a los maltratadores tanto de personas como de animales. Pero hay ciertas venganzas que endulzan la vida y que no podrían ser efectivas sin su justa dosis de crueldad. Pienso en esas personas que hacen pasarlo mal a los demás gratuitamente ¿es que no merecen un poco de su propia medicina? En cualquier caso, la escritura me permite ser cruel con personas y situaciones de lo más variadas y creo que poder hacerlo de esta manera en concreto es algo maravilloso, aunque no sea mi deporte favorito.
¿Tiene muchos amigos?
Sí, tengo muchos amigos. Disfruto enormemente de la amistad sin ataduras. Todas las relaciones van variando a lo largo de la vida. A veces son más distantes y otras veces más cercanas. Lo cierto es que soy muy fiel con el sentimiento genuino de amistad y supongo que mis amigos saben valorarlo.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que estén ahí, pero sin meterse en mi vida. Que sepan apreciar los buenos momentos, la compañía, las risas, la diversión. Que sean espabilados. Pero, sobre todo, que me respeten;  a mí, a mi familia y a mi trabajo. No creo que alguien que te insulte o que te humille pueda considerarse un amigo.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Todos tenemos cosas buenas y malas, así que la decepción no entra dentro de mi concepto de amistad. Me puede decepcionar un proyecto, pero no una persona. No acostumbro a poner sobre un pedestal a nadie. Otra cosa es perder la confianza, eso sí me ha ocurrido y es terrible, porque entonces se acaba sin remedio la amistad. Sin confianza se rompe la unión fraternal y cuesta mucho recuperarla. Pero, en mi opinión, el verdadero enemigo de la amistad es el aburrimiento, perder la conexión o el interés por el otro. La mala noticia es que eso es ley de vida.
¿Es usted una persona sincera?
Mis amigos dicen que soy transparente, que se me nota todo. Ahora bien, creo firmemente en el poder de ciertos silencios. Hay quien confunde educación con hipocresía. Pero creo que no se puede ir por la vida diciendo lo que se piensa a lo bruto. En este sentido, yo prefiero ser hipócrita y no soltar la primera barbaridad que me pase por la mente en nombre de una mal entendida sinceridad.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
De múltiples formas: leyendo, bailando, charlando con amigos, mirando películas, tomando café, jugando, paseando, escribiendo….
¿Qué le da más miedo?
La locura. La muerte no, porque todos nos vamos a morir (algunos de una forma más terrible que otros, por cierto), pero las enfermedades mentales son un infierno en vida. He visto a mi padre mirarse al espejo y no reconocerse, preguntarme “¿quién es ese?”¿Cómo no me va a dar miedo?
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Me escandalizan los programas de televisión en los que no paran de salir personas chillando y diciendo tonterías. Tanto mis conocidos, como la gente con la me cruzo por la calle, me parecen personas mucho más inteligentes, elegantes, bellas y educadas que las que salen en televisión. ¿Qué se supone que reflejan esos programas? La televisión es un cacareo constante,  una distorsión grotesca de la realidad y me escandaliza que se le considere un medio de comunicación. Debería llamarse medio de comunicaruido ¡Menos mal que tenemos Internet!
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Imagino que tener hijos, intentar ser una buena madre y ganarme la vida con mi trabajo de lo que fuera. Hoy en día no se puede escoger mucho. Todos andamos buscándonos la vida como podemos.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Me encanta bailar. Lo paso en grande. Es una actividad que no pienso dejar de practicar mientras la salud me lo permita. Me gusta el ambiente que se respira, la promiscuidad inofensiva del baile, el cosquilleo del diálogo de movimientos con cada pareja. Además, es tremendamente divertido pasearse por clubes nocturnos y salas de fiesta. Algunas de ellas son de lo más pintorescas. Asisto a clases de baile, porque si quieres que tus movimientos luzcan, no tienes más remedio que aprender con buenos profesores. Cuando esté en la tercera edad seré carne de Imperator, eso hace tiempo que lo sé.
¿Sabe cocinar?
Sí, claro. Sé cocinar, pero la cocina es un arte que necesita tiempo y últimamente carezco de él, así que suelo hacer cosas rápidas que no requieran técnicas especiales.  Soy especialista en cocinar platos en diez minutos que pueden comerse en veinte. Por supuesto, me encanta la comida casera, en especial la que cocina mi madre. Como todo el mundo, supongo.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
¡Uy! qué pregunta más complicada. Creo que el impacto que te dejan algunos individuos es algo muy personal. Podría escribir sobre muchos personajes, pero no creo que ninguno de ellos tuviera el perfil de lo que se espera en una publicación de este tipo. Además, dudo mucho que me llegara un encargo así, no soy periodista.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Libertad.
¿Y la más peligrosa?
Control.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
En la imaginación, sí. Pero esa es la zona libre, donde afortunadamente todo puede suceder, todo está permitido. Deberíamos prestar más atención al poder de la fantasía y a los procesos que intentan manipular el pensamiento de las personas. Las futuras dictaduras ejercerán control mental, irán directamente a por nuestro cerebro. Posiblemente será a través de lo onírico. Y, quien controle nuestros sueños, controlará a la humanidad. Posiblemente será una empresa multinacional.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Creo en la igualdad de derechos y de oportunidades. Creo en la justicia y en la paz social. Creo en el derecho de las personas a prosperar gracias a su trabajo y  a no tener que andar de rodillas ante la clase alta. Soy de izquierdas y defiendo mi pensamiento con mi voto. Para mí son ideales, por eso no me gusta hablar de política, lo considero algo íntimo. 
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
¿Otra cosa diferente a una mujer? Pues me gustaría experimentar qué se siente siendo un hombre. Creo que se interpreta la vida de una manera totalmente diferente. Sería interesante estar al otro lado.
¿Cuáles son sus vicios principales?
¿Es un vicio comer cosas ricas? ¿Y disfrutar del placer? ¿Y hacer lo que a una le da la gana?
¿Y sus virtudes?
Pues no lo sé, la verdad, no creo ser virtuosa en nada. Lo que puedo decir es que cuando algo me gusta, me gusta mucho. Y cuando me disgusta, no puedo ni verlo, lo detesto. Es algo que con el tiempo se va acentuando. No sé si será una virtud o un defecto, pero me sirve para llevar una vida bastante placentera. Me acerco a lo que me gusta y me alejo de lo que me produce rechazo. Así de simple, como en Barrio Sésamo, cerca… lejos…
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Supongo que lo primero sería visualizar el aire, para intentar respirar. Controlar el cuerpo, como cuando te dicen que te concentres. Pensar en el aparato respiratorio, sentirlo, abrirlo para que entre el aire. Visualizaría los bronquios y los pulmones. Visualizaría el aire y las partículas en suspensión. Desearía tragármelas para seguir viviendo. Las vería intentado atravesar mis bronquios hinchados como coliflores, enganchándose a la materia que obstruye el paso hasta los pulmones. Imagino que, tras no superar la mecánica de la respiración, llegaría un momento en que sería consciente de ir hacia la muerte. Dicen que entonces pasa la vida como si fueran fotogramas de una película: los padres, los hermanos, aquel día en la playa, mi gatita… Y luego, fundido en negro y  “bye-bye, baby, bye-bye” con la voz de Janis Joplin. ¿Sabes? soy asmática, morir ahogada no me parece algo imposible ni lejano. Intento llevar siempre encima un broncodilatador. Posiblemente fuera esa la última imagen, la del spray que olvidé en el cajón de casa, el día menos oportuno. Ahora sí. Fundido en negro, Janis Joplin y “Fin”.

T. M.