domingo, 19 de julio de 2015

Entrevista capotiana a Carlos Zanón

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Carlos Zanón.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Una iglesia.
¿Prefiere los animales a la gente?
No, del mismo modo que prefiero los hombres libros a los esclavos.
¿Es usted cruel?
No, pero, en ocasiones, debería serlo.
¿Tiene muchos amigos?
Sí.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Ninguna en especial.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No espero mucho de la gente y por eso me decepciono poco.
¿Es usted una persona sincera? 
No.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Viviendo.
¿Qué le da más miedo?
El abandono.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La hipocresía.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Ser un desgraciado.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
No.
¿Sabe cocinar?
Sí.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Alejandro Magno, Lord Byron, Lennon y McCartney.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Alegría.
¿Y la más peligrosa?
Patria.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Izquierda social.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
No lo sé.
¿Cuáles son sus vicios principales?
El egocentrismo, el miedo, la envidia.
¿Y sus virtudes?
Tenacidad, inteligencia, sentido de humor.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Mi hijo y mi mujer y… todos mis discos.

T. M.