jueves, 12 de noviembre de 2015

Hemos metido la pata

Decía Borges sobre Oscar Wilde que «era un ingenioso que casi siempre tenía razón». Y hay en efecto algunas mentes privilegiadas que proyectan un halo de clarividencia sobre mil asuntos que nos son próximos en el día a día. Una capacidad que resulta impagable, pues el hecho de tener ─buscar, defender, argumentar─ la razón hoy es el sedimento de los medios de comunicación, los partidos políticos y las empresas frente a la competencia. Con todo, y siguiendo con el irlandés, cabría decir que «el secreto de la vida consiste en apreciar el placer de estar terriblemente equivocado», frase que sirve de epígrafe al capítulo 15 de este «ensayo sobre el arte de equivocarse», como reza el subtítulo de este libro de la periodista norteamericana Kathryn Schulz (traducción de María Condor) que elige para arrancar sus páginas la reflexión en torno a lo satisfactorio que es para el ego llevar razón.

Pues bien, este libro versa sobre lo contrario: «De cómo, en tanto que cultura, pensamos en el error, y de cómo, en tanto que individuos, nos las arreglamos cuando nuestras convicciones se vienen abajo». Para ello, la autora desarrolla las causas y consecuencias de cometer errores a partir de casos comunes de gente «que mete la pata»; historias que incluyen «ilusiones, magos, comediantes, viajes alucinógenos, asuntos amorosos, desventuras en alta mar, extraños fenómenos neurológicos, catástrofes médicas»… A partir de ellas, Schulz demuestra cómo errar puede dar lugar a escenas divertidas o terribles, proporcionando al lector espejos con los que pararse a pensar en la experiencia de equivocarse, para entender sus causas y minimizar sus desastres, pero sobre todo para, con ello, transformarnos a nosotros mismos. De tal modo que se defiende el error como mecanismo personal de sabiduría personal y social, con desenfadadas incursiones en la filosofía, literatura, psicología o historia que conforman un trabajo entretenido en grado sumo. 

Publicado en La Razón, 12-XI-2015