Hace media hora cae a mis manos Más que palabras, de Pedro Álvarez de Miranda, con un currículum impresionante como académico de la lengua y lexicógrafo, y con solo leer la elegante nota previa sobre el contenido de esa reunión de artículos, uno ya se adelanta a celebrar semejante publicación. El autor manifiesta su deuda con Manuel Seco, que prologa el libro, pero yo me acuerdo de Fernando Lázaro Carreter y su El dardo en la palabra, que yo desde jovencito he idolatrado. Qué necesarios estos trabajos de análisis del empleo del lenguaje (en el caso de Lázaro, indicando sus toxicidades populares y malos hábitos; en el de Álvarez, señalando el origen y uso de determinados vocablos desde un parámetro histórico), qué necesario conocer bien el español en un tiempo en que los escritores y periodistas comparten estilo y la literatura llega a quedar inundada de imprecisiones léxicas, banalidades expresivas nacidas ayer que empobrecen nuestro ambiente cultural y lo hacen más tedioso y superficial.