lunes, 24 de octubre de 2016

Entrevista capotiana a José Manuel Gallardo

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de José Manuel Gallardo.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Si me pongo pedante y filológico, diría que en una biblioteca, y no mentiría del todo; me considero profundamente borgiano y, por tanto, más lector que escritor. Pero si me alejo de esa postura, preferiría una cocina, trastear entre los fogones es también una gran pasión, que siempre he compartido con familia y amigos, un lugar donde siempre uno acaba en cualquier fiesta… y leer, se puede hacer en cualquier lugar.
¿Prefiere los animales a la gente?
En absoluto. Sé que es común decir que son mejores y más fieles; pero me horrorizaría que me valorasen por ser predecible y obediente. Escribo porque espero que haya alguien al otro lado capaz de leerme.
¿Es usted cruel?
He tenido oportunidades de serlo, como cualquier persona, y no lo he sido. Creo que contesto a su pregunta.
¿Tiene muchos amigos?
Me gusta que la pregunta incluya el indefinido “muchos”, como su categoría gramatical explicita, no indica el número preciso de los mismos. Son pocos los que están siempre; algunos llevan años a mi lado; otros han llegado hace poco.
.¿Qué cualidades busca en sus amigos?
No busco cualidades, no los he buscado en una página de citas. Cada uno de ellos es amigo por razones diferentes, a veces contradictorias.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Quien no espera nada, no se decepciona; al contrario, a veces se sorprende gratamente. La decepción implica desengaño, falta de verdad.
¿Es usted una persona sincera? 
Así lo creo. A no ser que esta afirmación sea mentira.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Me gusta no hacer nada. Quien me conoce sabe que no puedo estarme quieto: estoy con mi familia, escribo, leo, hago deporte, viajo cuanto puedo, veo a mis amigos, preparo clases, reuniones, documentos, recitales… Sin embargo, me gustaría no hacer nada: dejar pasar la tarde lentamente, leer un rato, charlar hasta las tantas…
¿Qué le da más miedo?
El dolor. La enfermedad. La enfermedad dolorosa.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La injusticia. No concibo la crueldad, el desprecio injustificado al otro, el machismo enquistado, el clasismo social, el nepotismo disfrazado de meritocracia, la crueldad con los animales o la naturaleza. ¿Soy un ingenuo por escandalizarme de cuestiones tan asentadas, tan incorregibles? Creo que dejar de escandalizarnos es el primer paso para empezar a tolerarlas.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
¿Quién sería yo de no ser yo? No lo sé. La docencia, a la que me dedico profesionalmente también es muy creativa. Por otro lado me fascina la fotografía, el cine, la pintura…
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Sí. Nado un par de veces por semana, practico piragüismo en verano. Ah, y patino y monto en bici a demanda de mis hijas.
¿Sabe cocinar?
Muy bien. Me encanta y me relaja.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Juan Benet. Es de los pocos escritores que, tras quedar fascinado por su obra, quedé luego también fascinado por su persona.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Educación. Es todo lo que necesitamos para empezar un mundo mejor.
¿Y la más peligrosa?
Educación también; es todo lo que si se hace intencionadamente puede enquistarnos en un mundo cruel e injusto.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
¡Qué pereza!, ¿no? Espere… ¿de verdad que la pregunta va en serio? Me parece terrible.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Soy demócrata, republicano y socialista; entendiendo socialismo según la tercera entrada del DRAE; es decir, creo en “los principios de igualdad política, social y económica de todos los hombres”. Añada “y mujeres” a esta afirmación, añada también “igualdad cultural” y aléjela de determinados partidos políticos que realmente no creen en estos principios.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
No quiero ser otra cosa. Quiero ser feliz.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Creo no tener vicios. Sí manías (y muchas), pero soy en esencia poco vicioso.  No cuento mi pasión por la literatura como vicio, es para mí una necesidad.
¿Y sus virtudes?
No soy yo quien debe hablar de ellas (¿modestia entonces?).
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Nadar, nadar, nadar, agarrarme a algo, nadar, nadar. Más acción que imagen, me temo. (La mente no es neutra, la primera imagen de ahogamiento ha sido esta, en el agua, no un ahogamiento por falta de respiración en tierra).

T. M.