lunes, 30 de enero de 2017

Entrevista capotiana a Liliana Díaz Mindurry

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Liliana Díaz Mindurry.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Una biblioteca porque puedes leer y casi no hay gente.
¿Prefiere los animales a la gente?
No soy antropófaga, por ahora, al menos.
¿Es usted cruel?
En lo que escribo, seguro.
¿Tiene muchos amigos?
En Facebook, cerca de 5000.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Que no me fastidien.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Jamás porque no espero demasiado.
¿Es usted una persona sincera? 
Conmigo misma, sí, y no es poco.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Escribiendo y leyendo.
¿Qué le da más miedo?
Las entrevistas capotianas.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La gente que cree en verdades y las defiende a rajatabla.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Nada.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Mover los dedos para que no se me acalambren.
¿Sabe cocinar?
Gracias a Dios y en bien del Universo, no.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Benjy, el idiota de The Sound and the Fury del dios Faulkner.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Esperanza.
¿Y la más peligrosa?
Todas. De no ser peligrosas, no escribiría.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Todo el tiempo.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Anarquista con tendencias solipsistas.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Yo qué sé. Qué insistencia, hombre.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Leer y escribir.
¿Y sus virtudes?
No tener ninguna virtud aceptable para mi época.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Que alguien me saque del agua, ya.

T. M.