jueves, 30 de marzo de 2017

Entrevista capotiana a Ildefonso Arenas


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Ildefonso Arenas.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Un Ritz-Carlton, cualquiera de ellos.
¿Prefiere los animales a la gente?
La gente, a menudo, es más divertida.
¿Es usted cruel?
No. La crueldad es propia de idiotas, y los idiotas me aburren.
¿Tiene muchos amigos?
Suficientes.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Ni les pido nada ni espero nada.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Como no les pido nada, ni espero nada, pues no.
¿Es usted una persona sincera? 
Mientras no convenga ser otra cosa, sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Ando mal de tiempo libre, aunque no sé si eso es saludable.
¿Qué le da más miedo?
Hacienda.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Los dioses. Todos ellos.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Aburrirme.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Juego al ajedrez.
¿Sabe cocinar?
Ni la menor idea.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
¿Qué cosa es un 'Reader's Digest'?
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Independencia.
¿Y la más peligrosa?
Fe.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Por ahora, no.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Decía Churchill que el hombre libre, bueno, sano y temeroso de Dios, piensa con la cabeza, ama con el corazón y vota con la cartera.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Guapísimo.
¿Cuáles son sus vicios principales?
No es que disfrute de un número excesivo, pero encontraría difícil señalar cuál me apasiona más.
¿Y sus virtudes?
Una gran facilidad para olvidar todo aquello que me tenga sin cuidado.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Me preguntaría 'dónde diablos está el maldito salvavidas'.

T. M.