lunes, 29 de enero de 2018

Entrevista capotiana a Marina Sanmartín

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Marina Sanmartín.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Uno desde el que se viera el mar.
¿Prefiere los animales a la gente?
La gente, aunque siempre hay excepciones que confirman la regla.
¿Es usted cruel?
A veces muy cruel.
¿Tiene muchos amigos?
Creo que sí, y es algo que siempre me sorprende.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Que sean indulgentes.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No. Me temo que suelo decepcionarlos yo a ellos.
¿Es usted una persona sincera?
No mucho. Me gustan las mentiras.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Corriendo, haciendo cosas que se puedan llevar a cabo desde la cama o el sofá y con mi sobrino Rafeta.
¿Qué le da más miedo?
Todo me da miedo. Con frecuencia me imagino formas de muerte.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Difícilmente me escandalizo.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Me hubiera encantado ser detective.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Desde hace un par de años, corro y voy al gimnasio con regularidad. Me he vuelto adicta.
¿Sabe cocinar?
No.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Agatha Christie o María Antonieta. Dos personajes inolvidables.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
El tono y el quien las pronuncia pueden cambiar el significado de todas las palabras.
¿Y la más peligrosa?
Me vale la respuesta anterior.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Quererlo, no; imaginarlo por distracción, mil veces, sí. Incluso he imaginado cómo podrían matarme a mí.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Mis amigos dicen que soy una "burguesita" liberal, pero yo no lo tengo tan claro. Discreparía.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Detective.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Me muerdo las uñas desde que tengo uso de razón. Casi no me quedan.
¿Y sus virtudes?
Sé escuchar y me acerco a la gente sin prejuicios.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Esto me ha pasado de verdad. Tenía 9 años y mi padre me salvó. Hasta que llegó a mi lado sólo pude pensar en que llegara a mi lado. Intuyo que la inminencia de una muerte violenta no deja sitio para la nostalgia.

T. M.