En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Dionisia García.
¿Si
tuviera que vivir en un lugar sin poder salir jamás de él, cuál elegiría?
Los lugares nos eligen aun
cuando parezca paradógico. El destino juega con nosotros y nuestras vidas.
Consigue que el resultado se avenga con la costumbre y nos parezca luminoso.
¿Prefiere
los animales a la gente?
Las personas tienen para mí
todas las preferencias. La selección entre ellas va con nuestra naturaleza
afín. El instinto de los animales y la manera de acompañar de algunas especies
es admirable. Sus miradas, casi humanas, parece descubrir que algo en sus
cerebros nos aconseja; sabemos tan poco…
¿Es
usted cruel?
Considero que el humano tiene
en potencia, entre otras cosas, más o menos adversas o favorables, dosis de
crueldad. En mi caso debe estar bien bridada, porque no sale a flote. Es cierto
que en un momento dado puede aflorar y aparecer un yo incierto e inesperado.
Queremos ser libres y no lo somos.
¿Tiene
muchos amigos?
La verdadera amistad es muy
difícil, es “sentir con el otro”, escribió Tomás de Aquino, de ahí que sean
pocos los amigos. Distinguiría dos grupos: aquellos a quienes confiarías “en un
desdoblamiento” las cosas que solo tú conoces. Al segundo grupo pertenecen
aquellos que aprecias, quieres o admiras, amistades antiguas o nuevas de
siempre; a quienes no abrirías tu interior. En cuanto al número de amigos… no
los he contado, y eso requiere una detenida reflexión, cuyo resultado le diré
cuando nos encontremos de nuevo.
¿Qué
cualidades busca en sus amigos?
La lealtad, la comprensión, la
tolerancia y el sentido del humor; tener presente la palabra hallanar. Y un
sentido positivo ante la existencia y los avatares de la misma. Sobre todo la
bondad. Platón señalaba esta como bien máximo. Si esa cualidad se generalizara,
el planeta estaría salvado.
¿Suelen
decepcionarle los amigos?
Ante tal situación posible se
podría “negociar”, ir al fondo de la cuestión. A veces son nimiedades que
merece la pena aclarar, comprender y hacerse comprender.
¿Es
usted una persona sincera?
Los otros merecen respeto. Creo
que en términos generales lo soy, sobre todo en las cosas importantes que
conforman la personalidad.
¿Cómo
prefiere ocupar su tiempo libre?
Con
algo de ejercicio físico (caminar), con la lectura y la escritura, que me
acompañan alternativamente. Dado que la escritura es varia, poesía y prosa,
elijo según el estado de ánimo y la posibilidad. Puede ser que la poesía no se
deje elegir y la lectura sea protagonista en los “huecos”.
El
puesto de la familia y las personas que quiero es preferente y compatible con
todos los momentos. Es el mundo de los afectos, no comparable con nada.
¿Qué le da más miedo?
La
violencia y el extremismo en cualquiera de sus facetas, porque son activismos
irracionales.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que
le escandaliza?
El
hambre, en la mayor parte del mundo. También el oído duro de los poderosos ante
la incultura de territorios donde el poder vive de espaldas a la gente y a sus
necesidades y posibles anhelos.
Si no hubiera decidido ser escritora,
llevar una vida creativa, ¿qué hubiera hecho?
La
tendencia de la escritura y lectura comenzó muy pronto. Valoro el arte como la
huella por excelencia que las personas pueden dejar a su paso. La creación “con
palabras” es parte de mi vida, y la entrega es total.
¿Practica algún ejercicio físico?
Caminar,
sobre todo a la orilla del mar.
¿Sabe cocinar?
He
cocinado cosas increíbles: un cochinillo relleno al horno. Ahora me parece
mentira, recuerdo las cuencas de los ojos del animal. Fue en Extremadura, a los
veintitantos años. Hace tiempo que no cocino. Admiro a quienes son capaces de
preparar un plato bonito.
Si el Reader´s
Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre “un personaje
inolvidable”, ¿a quién eligiría?
A
Shakespeare, Marguerite Yourcenar, y sobre los que ya he escrito: Horaceo, Ana
Ajmatova Lampedusa, Andre Maurois, María Zambrano. Los textos de los cinco
últimos fueron recogidos en libro (Homenaje
Debido).
¿Cuál es en cualquier idioma la palabra más
llena de esperanza?
La
palabra búsqueda, donde la esperanza está implícita.
¿Y la más peligrosa?
Guerra.
Inhabilita para cualquier otra cosa.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No, rotundamente no.
¿Cuáles
son sus tendencias políticas?
“Socialdemócratacristiana”; si
se me permite la invención.
Si
pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Si la palabra “cosa”, está referida
a un cambio de especie, prefiero quedarme como estoy. Y ello por la parte
racional de mi ser.
¿Cuáles
son sus vicios principales?
Perfeccionismo,
susceptibilidad, insistencia y tantos otros estorbos que voy matando poco a
poco.
¿Y sus
virtudes?
Conformidad con la vida que no
siempre ha sido un camino de rosas. Sí he sabido querer y que me quieran. Trato
de encontrar la parte positiva de los aconteceres y de las personas.
Imagine
que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían
por la cabeza?
Trataría de salvarme. Cualquier
otra reacción sería inventada, no podemos valorar como reaccionaríamos en
semejantes momentos.
T. M.