miércoles, 7 de marzo de 2018

Entrevista capotiana a Dionisia García

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Dionisia García.

¿Si tuviera que vivir en un lugar sin poder salir jamás de él, cuál elegiría?
Los lugares nos eligen aun cuando parezca paradógico. El destino juega con nosotros y nuestras vidas. Consigue que el resultado se avenga con la costumbre y nos parezca luminoso.
¿Prefiere los animales a la gente?
Las personas tienen para mí todas las preferencias. La selección entre ellas va con nuestra naturaleza afín. El instinto de los animales y la manera de acompañar de algunas especies es admirable. Sus miradas, casi humanas, parece descubrir que algo en sus cerebros nos aconseja; sabemos tan poco…
¿Es usted cruel?
Considero que el humano tiene en potencia, entre otras cosas, más o menos adversas o favorables, dosis de crueldad. En mi caso debe estar bien bridada, porque no sale a flote. Es cierto que en un momento dado puede aflorar y aparecer un yo incierto e inesperado. Queremos ser libres y no lo somos.
¿Tiene muchos amigos?
La verdadera amistad es muy difícil, es “sentir con el otro”, escribió Tomás de Aquino, de ahí que sean pocos los amigos. Distinguiría dos grupos: aquellos a quienes confiarías “en un desdoblamiento” las cosas que solo tú conoces. Al segundo grupo pertenecen aquellos que aprecias, quieres o admiras, amistades antiguas o nuevas de siempre; a quienes no abrirías tu interior. En cuanto al número de amigos… no los he contado, y eso requiere una detenida reflexión, cuyo resultado le diré cuando nos encontremos de nuevo.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
La lealtad, la comprensión, la tolerancia y el sentido del humor; tener presente la palabra hallanar. Y un sentido positivo ante la existencia y los avatares de la misma. Sobre todo la bondad. Platón señalaba esta como bien máximo. Si esa cualidad se generalizara, el planeta estaría salvado.
¿Suelen decepcionarle los amigos?
Ante tal situación posible se podría “negociar”, ir al fondo de la cuestión. A veces son nimiedades que merece la pena aclarar, comprender y hacerse comprender.
¿Es usted una persona sincera?
Los otros merecen respeto. Creo que en términos generales lo soy, sobre todo en las cosas importantes que conforman la personalidad.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Con algo de ejercicio físico (caminar), con la lectura y la escritura, que me acompañan alternativamente. Dado que la escritura es varia, poesía y prosa, elijo según el estado de ánimo y la posibilidad. Puede ser que la poesía no se deje elegir y la lectura sea protagonista en los “huecos”.
El puesto de la familia y las personas que quiero es preferente y compatible con todos los momentos. Es el mundo de los afectos, no comparable con nada.
¿Qué le da más miedo?
La violencia y el extremismo en cualquiera de sus facetas, porque son activismos irracionales.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandaliza?
El hambre, en la mayor parte del mundo. También el oído duro de los poderosos ante la incultura de territorios donde el poder vive de espaldas a la gente y a sus necesidades y posibles anhelos.
Si no hubiera decidido ser escritora, llevar una vida creativa, ¿qué hubiera hecho?
La tendencia de la escritura y lectura comenzó muy pronto. Valoro el arte como la huella por excelencia que las personas pueden dejar a su paso. La creación “con palabras” es parte de mi vida, y la entrega es total.
¿Practica algún ejercicio físico?
Caminar, sobre todo a la orilla del mar.
¿Sabe cocinar?
He cocinado cosas increíbles: un cochinillo relleno al horno. Ahora me parece mentira, recuerdo las cuencas de los ojos del animal. Fue en Extremadura, a los veintitantos años. Hace tiempo que no cocino. Admiro a quienes son capaces de preparar un plato bonito.
Si el Reader´s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre “un personaje inolvidable”, ¿a quién eligiría?
A Shakespeare, Marguerite Yourcenar, y sobre los que ya he escrito: Horaceo, Ana Ajmatova Lampedusa, Andre Maurois, María Zambrano. Los textos de los cinco últimos fueron recogidos en libro (Homenaje Debido).
¿Cuál es en cualquier idioma la palabra más llena de esperanza?
La palabra búsqueda, donde la esperanza está implícita.
¿Y la más peligrosa?
Guerra. Inhabilita para cualquier otra cosa.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No, rotundamente no.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
“Socialdemócratacristiana”; si se me permite la invención.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Si la palabra “cosa”, está referida a un cambio de especie, prefiero quedarme como estoy. Y ello por la parte racional de mi ser.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Perfeccionismo, susceptibilidad, insistencia y tantos otros estorbos que voy matando poco a poco.
¿Y sus virtudes?
Conformidad con la vida que no siempre ha sido un camino de rosas. Sí he sabido querer y que me quieran. Trato de encontrar la parte positiva de los aconteceres y de las personas.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Trataría de salvarme. Cualquier otra reacción sería inventada, no podemos valorar como reaccionaríamos en semejantes momentos.
T. M.