viernes, 2 de marzo de 2018

Entrevista capotiana a Javier Ruiz Taboada

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de J. Ruiz Taboada.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
La isla de Lanzarote.
¿Prefiere los animales a la gente?
Prefiero a la gente, si no es muy animal.
¿Es usted cruel?
No. Pero de tener que serlo, lo sería de palabra.
¿Tiene muchos amigos?
Los justos para pasar un mal trago.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Complicidad y discreción.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No serían tan amigos.
¿Es usted una persona sincera? 
Procuro serlo, pero no innecesariamente.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Pintando en mi estudio o haciendo fotos a lo que se deje.
¿Qué le da más miedo?
Los ascensores cuando suben (como su mismo nombre indica) y los violentos sin pausa.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Que haya personas capaces de hacerle daño a los niños. De lo demás estoy semi curado de espanto.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Cualquier actividad o trabajo que tuviera que ver con el mar. Aunque me da menos miedo un huerto.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
¿Beber gin tonics cuenta? Me gusta salir cada mañana a andar deprisa o a correr despacio, según me miren.
¿Sabe cocinar?
Sé. Mi plato estrella es el pollo al Ruiz.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Al Coyote que persigue a El Correcaminos.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Infancia.
¿Y la más peligrosa?
No hay palabras peligrosas. Lo peligroso es tomarse al pie de la letra su significado, como en el caso de “Poder”.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Me acojo a la quinta enmienda (guiño). Claro que no.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Soy más de ideas que de ideologías. Aunque suelo circular por el centro y adelantar por la izquierda.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Feliz.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Fumar, beber, vivir.
¿Y sus virtudes?
Me gusta ser generoso y hacer reír (cada cosa por separado).
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Espero que un flotador y de no aparecer: Mi familia, el mar, una carretera vacía, un micrófono, un escenario, decenas de caras, cientos de atardeceres, miles de momentos, millones de besos y una luz roja que se apaga.
T. M.