miércoles, 21 de marzo de 2018

Entrevista capotiana a Joaquín Calderón


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Joaquín Campos.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Entiendo que hablamos de un lugar físico y cerrado por la formulación de la pregunta y presupongo que no sirve decir un país, el Himalaya o una selva, que no lo diría. Una eternidad en el mismo lugar y con lo mismo sería más llevadera en mi casa, con mis cosas. Igualmente acabaría siendo una pesadilla y motivo definitivo de un feliz suicidio.
¿Prefiere los animales a la gente?
Pues prefiero a los dos y al silencio. No podría elegir, ya que tienen cometidos y “ usos” distintos. Hay seres humanos terriblemente estúpidos y otros que te salvan la vida. Hay animales que te dan algo parecido al amor, parece que  escuchan y parece que  callan, como los perros. A otros animales no puedo meterlos en esta no elección, como a una rana o un cangrejo ermitaño.
¿Es usted cruel?
No. Esto no significa que no sea capaz de hacer daño o que  no lo haya hecho. Creo no haber sido nunca, premeditadamente cruel.
¿Tiene muchos amigos?
Conozco a mucha gente por mi trabajo y mis actividades, aunque no siempre recuerdo sus nombres. Son los “conocidos”. Después están los amigos, los buenos, con los que hablo a menudo, los que conocen mis entresijos y están en mi lista de preferidos del móvil. Puedo decir que tengo a bastante gente que me aprecia y quiere. Yo intento estar a la altura y devolver lo recibido.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Pues las mismas que yo intento entregarles. Fidelidad, respeto, ayuda y amor.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Por regla general no, y si alguna vez ocurrió, a decir verdad, ni lo recuerdo, pero supongo que alguna pequeña decepción habré tenido. El caso es que normalmente entiedo a la gente y es quizá pena más que decepción lo que sienta.
¿Es usted una persona sincera?
Rotundamente sí. Lo que intento no practicar es el “sincericidio” o el daño gratuito tras la bandera de la verdad. A veces omito y otras destaco cualidades.
Desde pequeño, la sinceridad, me ha causado incluso algunos problemas.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Pues disfruto mucho del paseo y de la vida en familia, aunque resulta, que gran parte de mi trabajo coicide además con mis hobbies. Leer, oír música y hacerla. También me gusta ver televisión y vaguear  a conciencia.
¿Qué le da más miedo?
Pues lo que a cualquier padre le asusta eternamente.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Me escandaliza la ignorancia bruta y arrogante. El poder de los irracionales y la hipocresía en lo moral.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Bueno, afortunadamente la literatura y la música fundamentan a la par mi vida creativa conocida. La música es la disciplina y el trabajo que más he realizado, como autor, compositor, instrumentista o intérprete. La literatura, que siempre me ha acompañado, empieza a ganar terreno en cuanto a actividad creativa.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
De manera intermitente sí, pero sólo como mantenimiento y sin grandes pretensiones.
¿Sabe cocinar?
Pues no. Lo que se llama cocinar, no. Puedo apañar algo rápido sin ningún talento ni ciencia.  Cocina de subsistencia.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
El humorista Gila, sería un personaje sobre quien gustosamente investigaría y escribiría algo.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Pues no lo sé. Entiendo que la propia palabra esperanza.
¿Y la más peligrosa?
Intolerancia.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No. Ni simbólicamente, ni de facto.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
¿En este caos? Casi me parece ridículo llamar política al despropósito de gestión de la última década. La perversión de los ideales y la manipulación de la voluntad humana sostenida por la anticultura y la arrogancia de los poderosos están destruyendo el diálogo y así la política.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Un superhéroe.
¿Cuáles son sus vicios principales?
La música, la escritura y  la lectura.
¿Y sus virtudes?
Soy, a grandes rasgos, buena gente y responsable. Fiel y noble. Puntual.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Pues si se puede en ése momento pensar en algo que no sea respirar y sobrevivir, supongo que pensaría en la familia. Lo de toda la vida por delante y eso, no lo veo.
T. M.