lunes, 30 de abril de 2018

Entrevista capotiana a Francisco Alemán


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Francisco Alemán.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
La playa de las Canteras (Gran Canaria).
¿Prefiere los animales a la gente?
Sí. Es más, a medida que pasa el tiempo amo más a los animales que a mis congéneres.
¿Es usted cruel?
No.
¿Tiene muchos amigos?
Los justos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Honestidad, agradabilidad, sinceridad, generosidad.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Los amigos no. Las personas sí. Y mucho.
¿Es usted una persona sincera? 
Sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Música, filosofía, correr en el campo, leer poesía y escribirla.
¿Qué le da más miedo?
No tengo miedos.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La estulticia.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Ser músico.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Sí, correr.
¿Sabe cocinar?
Sí.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Aristóteles y Mozart.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Libertad y creatividad.
¿Y la más peligrosa?
Yihad.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Sí…. Mentalmente.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Izquierda, antisistema pero antipodemista.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Músico.
¿Cuáles son sus vicios principales?
El buen vino.
¿Y sus virtudes?
La constancia, el humor, la ironía socrática, la generosidad
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Estaría tan agobiado que solo pensaría en salir de ese atolladero…
T. M.