viernes, 11 de mayo de 2018

Entrevista capotiana a Raúl Portero

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la «entrevista capotiana» con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Raúl Portero.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
En Islandia. Pero en un sitio algo apartado dentro de la isla, en una granja o algo así de difícil acceso, lo suficientemente lejos y donde haga el frío suficiente como para garantizar que la gente no vendrá a visitarme. Nada de lo que hacemos tiene sentido, así que lo mejor es perderse  pero no perder la cabeza, precisamente. Pero sí enviarlo todo a tomar viento.
¿Prefiere los animales a la gente?
Indudablemente, son el claro ejemplo de que la naturaleza inteligencia a otras especies animales que no al ser humano.
¿Es usted cruel?
No mucho más de lo que algunos a los que consideraba amigos míos lo han sido conmigo, o no mucho menos que algunos familiares. La familia es un pozo de maltrato psicológico.
¿Tiene muchos amigos?
No, apenas dos o tres pero son de esos que te darían un riñón sin pensárselo.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Qué sean desinteresados, humildes y que tengan la cabeza en su sitio; en todo caso, que sean capaces de hacer terapia si la pierden, que esas cosas pasan. Todo tiene arreglo, excepto la muerte, así que con esas tres cualidades me sobra.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Los amigos no suelen decepcionar, lo hacen aquellos que guardan algún interés oculto, es decir, la mayoría, y sobre todo suele hacerlo uno mismo. Creo que yo me he decepcionado más que no mis amigos.
¿Es usted una persona sincera?
No. Pero nadie lo es y quien diga lo contrario miente como un bellaco.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Prefiero no tenerlo porque no tengo dinero para hacer planes, es lo que tiene estar en el paro o tener trabajos de mierda: que trabajas poco y cobras limosna por mucho que el pusilánime de turno salga en televisión hablando orgulloso de la recuperación económica. El dinero no te da ni para tener planes, agradece si cobras el sueldo mínimo, así que no sé, no me puedo comprar un libro, por ejemplo, así que el tiempo libre lo paso escudriñando las bibliotecas del barrio o ahora que viene el buen tiempo yendo a la playa, si me llega para el transporte. Que eso es otra. Pensándolo bien debería invertirlo en algo sensato cómo abandonar el país, es imposible no sentir una vergüenza tremenda por él.
¿Qué le da más miedo?
Los votantes del Partido Popular y de Ciudadanos que pertenecen a la clase trabajadora, la ley mordaza y la falta de inteligencia y de pensamiento crítico que se ha instaurado en las mayorías de este país.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Solía escandalizarme la política, cómo los políticos, de cualquier partido, se ríen en la cara de la ciudadanía. Me escandalizaba que se hubieran olvidado que somos nosotros quienes les pagan, es decir, que trabajan para nosotros, nosotros les pagamos no poco dinero para que garanticen nuestro bienestar y para que nos protejan. No les pagamos para que se lo lleven calentito, soy yo quien tiene 35 años y no llega a fin de mes. Pero luego entendí que en realidad no lo han olvidado, que lo saben y que les da igual, y ya no me escandaliza. Me da rabia, que enfada hasta puntos que no son sanos para cualquier persona cabal, que es distinto y mucho más peligroso. Si la política española (y catalana, otro circo que tiene tela marinera) no te escandaliza entonces ya no podrá hacerlo nada más. 
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Cualquier otra cosa. No me he dedicado profesionalmente a la escritura nunca -lo gracioso de todo es que, de todo el tinglado, el único que no vive de lo suyo es el autor del libro en cuestión- y he hecho de todo: desde servir cafés a vender libros, a ir casa por casa vendiendo máquinas de ósmosis o trabajando de auxiliar de seguridad.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Hacía natación y waterpolo en plan amateur pero lo dejé porque no podía pagar las cuotas. En nada que gane algo de dinero, vuelvo a ello.
¿Sabe cocinar?
No.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A cualquiera de esos padres y madres que consiguen sacar adelante a su familia ante la situación actual. A los abuelos que salen a la calle a protestar -y con razón- por la burla de las pensiones. A los que se recuperan de una depresión. A los que ponen los huevos sobre la mesa y dicen que ya basta. A todos esos. Pero como supongo que no le dejarían escribir sobre ellos, si tuviera que elegir a alguien famoso, elegiría a Machado.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Creo que no hay esperanza, es una palabra o un concepto que usan mucho los trileros para embaucar a los demás. No hay ninguna palabra más llena de esperanza que otra, ninguna la tiene
¿Y la más peligrosa?
Todas. Las personas engañamos con las palabras. Luego vienen los hechos. Pero se empieza a engañar por la palabra. Todas las palabras de un diccionario son peligrosas porque si no engañan, vuelven a la gente más lista, que es precisamente lo que no quieren desde “arriba”, los políticos y los empresarios.  Les viene bien que seamos tontos.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
A mí mismo, y no hace mucho de eso. Todo es cuestión de ego.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Habida cuenta de lo mal que van en un lado y otro, ninguna. Pero de izquierdas, en todo caso. Radical, en particular, pero es que no nos están dejando otra opción. O llámenme anti sistema porque si eso supone estar en contra de los partidos políticos actuales, de sus chusneos, sus mamandurrias y sus insultos a la ciudadanía, sí, lo estoy. ¿Cómo se puede estar a favor de un sistema como éste, que no tiene para pagar pensiones pero sí autopistas o extractoras de petróleo?
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Un justiciero a lo Charles Bronson.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Cualquiera. Una vida sin vicios es un desperdicio.
¿Y sus virtudes?
No las he pensado. Lo haré cuando me habrá un perfil en Badoo.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Eso es difícil de responder porque estaría bastante ocupado muriéndome, pero pensaría en un campo lleno de flores. Sonrisas y lágrimas. Es la vida.
T. M.