En
1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía
que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se
entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que
sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora,
extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la
que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Nicolás Gutierrez Hidalgo.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Una cabaña
en el bosque, pero con todas las comodidades que ofrece la tecnología.
¿Prefiere los animales a la gente?
Es curioso
que cuando se habla de un animal que se comporta como una persona se le
atribuyen características de inteligencia y buen comportamiento, mientras que
cuando se hace lo contrario, o sea, decir que una persona se comporta como un
animal se está señalando que se comporta como un bruto. ¡Cosas de la
relatividad!
Me quedo
con las personas (no me gusta el termino gente por impersonal), pero tengo que
reconocer que siento un gran respeto y atracción por los animales. A lo largo
de mi vida he tenido muchas mascotas que me han proporcionado momentos de gran
satisfacción.
¿Es usted cruel?
Creo que
estoy genéticamente programado para rehuir cualquier tipo de crueldad.
Simplemente no puedo. Quizá alguna vez lo haya sido de palabra (que puede herir
más que un sable), pero si lo he advertido he procurado corregir el agravio.
¿Tiene muchos amigos?
Entiendo que es un
honor sentir que es así.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Principalmente la
sinceridad y el compañerismo.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No me
pueden decepcionar porque nunca espero nada de ellos. Doy por bueno lo que
generosamente me ofrece su amistad.
¿Es usted una persona sincera?
Así me
considero, aunque reconozco que si alguna vez he hecho uso de la mentira no ha
sido de manera malintencionada, nunca con el propósito de hacer daño, sino para
evitar un mal mayor.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Pues precisamente
con actividades creativas o asociativas. Para mí, lo primero es la obligación,
pero lo que queda del día, si es que
queda algo, procuro emplearlo en mis proyectos o en ocupaciones socio-culturales,
lo que me obliga a organizarme lo mejor posible para optimizar el tiempo. Pudiera
parecer que estas actividades creativas de las que hablamos son ocio y no
trabajo, meras tareas lúdicas, pero cuando se realizan de manera habitual y con
el propósito de conseguir un objetivo marcado, son bastante exigentes y
trascienden de este concepto.
¿Qué le da más miedo?
La falta
de entendimiento, la descortesía, el insulto por el insulto, la sinrazón.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice?
El juego sucio en
todas sus modalidades, demasiado presente hoy en día. Un fin no justifica
cualquier medio.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho?
Mi
actividad profesional la desarrollo en el sector administrativo. Mi vida
creativa es un satisfactorio complemento paralelo que abarca distintas
disciplinas entre las que la escritura tiene un protagonismo muy especial. Creo
que la alternativa habría sido el deporte.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Durante
casi veinte años practiqué Aikido. En la actualidad solo carrera suave junto al
río.
¿Sabe cocinar?
Sí. Sin gran sofisticación,
pero en casa, la cena familiar corre a diario de mi cuenta.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Me debatiría entre
Gustavo Adolfo Becquer, Carl Gustav Jung o Morihei Ueshiba.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Juventud.
¿Y la más peligrosa?
¿Y la más peligrosa?
Odio.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Nunca se me ha
pasado por la cabeza. Rechazo cualquier tipo de violencia y entiendo que matar
a alguien sería su máxima expresión. No obstante, reconozco que respondería
ante un ataque (del tipo que fuera), aunque intentaría por todos los medios que
fuera de manera proporcionada, procurando retener el dragón que todos tenemos
enjaulado.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Mis tendencias
políticas es no tener tendencias políticas. Cada mañana replanteo mis principios
y valores y trato de ser lo más congruente posible con ellos, lo que no tiene
que responder necesariamente a determinada ideología política sea del signo que
sea.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Una
supernova (soñar es fácil).
¿Cuáles son sus vicios principales?
No soy persona de
vicios. Cualquier vicio polarizado en el extremo opuesto puede convertirse en
virtud. El débil se convierte en fuerte, el vehemente en templado… Me gustaría
ser más fuerte y templado.
¿Y sus virtudes?
Pero tampoco de
virtudes. Cualquier virtud polarizada en el extremo opuesto puede convertirse
en vicio. El justo se convierte en injusto, el prudente en imprudente. Soy
bastante justo y procuro ser prudente.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Creo que serían
momentos felices junto a mis hijos. Mi último pensamiento sería para ellos.
T. M.