jueves, 26 de julio de 2018

Entrevista capotiana a Leticia Fernández-Fontecha

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Leticia Fernández-Fontecha.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Cerca del mar.
¿Prefiere los animales a la gente?
Esta pregunta siempre me parece un poco tramposa. Pienso que la relación que generamos con las personas y con los animales es muy diferente y que es justamente esa diferencia la que determina si una nos gusta más que la otra. La relación con las personas es más compleja que la relación con los animales porque los deseos y las necesidades chocan. Uno tiene que salir de uno mismo para poder comunicarse con el otro, querer al otro. Me gustan los animales, pero es justo la colisión de mundos lo que hace que la relación con las personas me guste más.
¿Es usted cruel?
No, la crueldad no me interesa nada.
¿Tiene muchos amigos?
No sé si son muchos o pocos, pero tengo amigos maravillosos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
No busco a mis amigos en base a sus cualidades. Pienso que las relaciones humanas son más complejas y por ello más bellas que alguien buscando a sus amigos en base a las cualidades de estos. Dale Carnegie publicó un libro titulado “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas” que siempre me ha resultado siniestro. La amistad no debería ser una transacción. Es aquello que compartimos con el otro y los espacios de ser en el mundo que esa relación nos ofrece lo que genera ese vínculo tan hermoso que es la amistad.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Antes me decepcionaban o herían los demás con más facilidad. Creo que tiene que ver con el hecho de que estaba más ensimismada y me costaba entender los motivos del otro. Cuando nos colocamos en el centro de la esfera todo nos hiere más. Hace mucho que no vivo una decepción con un amigo. Pérdida o cambio sí. Las amistades cambian, la naturaleza de las relaciones cambia, ese cambio muchas veces nos hiere o nos decepciona. Pero creo que cuando somos capaces de ver al otro, el lugar que el otro ocupa, es más fácil encontrar estabilidad dentro de esa relación. O dejarla ir, que también es importante.
¿Es usted una persona sincera? 
Sí, la honestidad y la bondad me parecen las mejores maneras de estar en el mundo.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Me hace feliz leer, escribir, pasear y bailar.
¿Qué le da más miedo?
El miedo en sí mismo. Hay emociones muy poderosas y el miedo es una de ellas. Cuando uno vive desde el miedo todas las demás posibilidades de ser se ven reducidas. El miedo destruye la imaginación y por lo tanto la capacidad de crear otros mundos, otras vidas posibles.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
No sé si utilizaría la palabra escandaliza. Pero la mentira y la traición me siguen sorprendiendo mucho.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
No sé si uno decide ser escritor, por lo menos no ha sido mi caso. Yo escribo para entender el mundo y mi posición en el mundo. Creo que habría seguido viviendo mi vida, cualquiera que esa fuese, y lo más seguro es que eso me hubiese llevado de nuevo a la escritura.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Me encanta bailar. Lo que más bailo ahora mismo es blues.
¿Sabe cocinar?
Cocino, eso seguro. Saber cocinar es otro asunto.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Ando obsesionada con Ezra Pound en la cárcel de Pisa escribiendo los Cantos Pisanos.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
No entiendo las palabras de esa manera. Pienso que depende mucho del uso de la palabra, del lugar del discurso en el que esa palabra se coloca y sobre todo la intención de la lengua que la usa. Últimamente pienso mucho en la palabra corazón, no sé si contiene esperanza, pero está llena de posibilidades.
¿Y la más peligrosa?
Creo que todas las palabras tienen el potencial de herir. No una palabra en específico, el lenguaje puede ser (es) un arma poderosa. 
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Cuando le preguntaban a Michel Foucault sobre política respondía: "En el pensamiento y el análisis político, aún no se ha guillotinado al rey". Me importan las resistencias por fuera del paradigma del partido.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Me gusta ser persona. Me fascina lo que implica ser humano.
¿Cuáles son sus vicios principales?
No me siento cómoda cuando tengo que hablar de mí, definirme en estos términos. Es un ejercicio de espejos que no me atrae. Puede que este sea uno de mis vicios.
¿Y sus virtudes?
Espejo de nuevo.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Agua.
T. M.