miércoles, 30 de enero de 2019

Entrevista capotiana a Fernando Benzo


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Fernando Benzo.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Este planeta. No está demostrado aún que los haya mejores ahí fuera.
¿Prefiere los animales a la gente?
Me interesan más las personas y, además, ninguna te exige sacarla a pasear tres veces al día incluso aunque diluvie, como mi perro.
¿Es usted cruel?
Lo justo. Sin pasarme.
¿Tiene muchos amigos?
En estos tiempos en que la gente confunde el número de amigos con el número de seguidores en Instagram, supongo que muchos pensarían que tengo un número escandalosamente bajo de amigos. Pero yo me siento bien así.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Las mismas que ellos esperan de mí, supongo. Lealtad, compañía, afecto y que se marchen a una hora razonable cuando vienen a casa a cenar.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No. Me da miedo pensar que quizá les decepcione yo a ellos más que ellos a mí.
¿Es usted una persona sincera? 
Por supuesto. La más sincera del mundo. (¿Ha sonado creíble?)
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Haciendo cualquier cosa que se pueda hacer en un sofá.
¿Qué le da más miedo?
Morir, por supuesto. La gente a la que no le da miedo morir es muy rara.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Una de las pocas ventajas de ir cumpliendo años es que cada vez te van escandalizando menos cosas. A mí aún me enerva la envidia, la maldad, las puñaladas por la espalda, las injusticias… Bueno, creí que ya no me escandalizaban demasiadas cosas y ahora veo que podría salirme una lista muy larga.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Intentar ser escritor.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Sí. Por salud. Hago gimnasia. Y odio cada segundo de ello.
¿Sabe cocinar?
Me avergüenza muchísimo confesar que en absoluto.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Scott Fitzgerald. Debía ser bastante insufrible, pero como personaje siempre me ha fascinado.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Mañana.
¿Y la más peligrosa?
Una frase: ‘Lo hago por tu bien’.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Ya he dicho que soy cruel, lo justo. Matar queda fuera de mi horquilla de crueldad.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Creo que son bastante fáciles de saber.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Uno de los Beatles.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Me encantaría poder dar una respuesta más interesante, pero ahora mismo sólo me vienen a la cabeza el chocolate y las galletitas saladas.
¿Y sus virtudes?
Quiero pensar que soy buena persona. No suelo hacer faenas a nadie, al menos deliberadamente.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
No soy nada valiente. Estaría demasiado ocupado pataleando, agitando los brazos e intentando gritar para poder pensar en nada más que eso.
T. M.