viernes, 25 de enero de 2019

Entrevista capotiana a Lorenzo Fernández Bueno

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Lorenzo Fernández Bueno.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? 
Drácula, de Bran Stoker.
¿Prefiere los animales a la gente? 
No, pero a veces equivocamos el uso del bozal.
¿Es usted cruel? 
Lo intento pero no me sale todo lo bien que desearía.
¿Tiene muchos amigos? 
Me quedo con los que tengo.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? 
Que no me decepcionen.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? 
A un amigo se le perdona todo.
¿Es usted una persona sincera? 
En mis libros, siempre.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? 
Respondiendo entrevistas capotianas.
¿Qué le da más miedo? 
Dejar de recibir entrevistas como ésta.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? 
Por qué elige Dios, si yo quiero votar.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? 
Cultivar nabos en adviento. La paciencia es otra forma de extender la cultura…
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? 
No entiendo la pregunta.
¿Sabe cocinar? 
Si quieres comprobarlo, tú mismo.
Si el Reader’s Digestle encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? 
Al coronel Percy Harrison Fawcett. 
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? 
Esperanza.
¿Y la más peligrosa? 
Manipulación.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? 
No, alguna no…
¿Cuáles son sus tendencias políticas? 
Disculpa, vomito y regreso enseguida…
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? 
El malo del cuento.
¿Cuáles son sus vicios principales? 
Son inconfesables.
¿Y sus virtudes? 
Tengo pocos vicios…
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? 
Tengo poca imaginación para estas cosas, la verdad… Intentaría agarrar de los huevos al hijoputa que se ha dejado el grifo abierto…
T. M.