Gonzalo Navajas, catedrático distinguido de Literatura Moderna, Historia Intelectual y Cine en la Universidad de California, Irvine, ha destacado como estudioso dentro del campo de la teoría y crítica literaria e historia intelectual, con libros magníficos en torno a la modernidad cultural, y con este trabajo, que lleva por subtítulo «De los años 30 a la posmodernidad», se ha superado en su constante ánimo investigador. Y es que su punto de partida no puede ser más interesante: cómo «el pensador, y en particular el escritor en el siglo XX, se transforma de observador e intérprete de su tiempo en participante activo del desarrollo colectivo, político y social». De tal modo que el también novelista –su última historia fue «El manuscrito Durruti» (Alfar, 2014)– se encargará de analizar el pensamiento de algunos intelectuales que, lejos de quedarse en una convencional pasividad, incidieron en la política y sociedad de su tiempo, con el paradigmático precedente de Émile Zola y el caso Dreyfus, más sus novelas denunciadoras sobre la vida obrera.
Así, analizando muy sabiamente la «tipología del intelectual» en la pasada centuria, se fija para ello en el medio anglófono en el periodo de entreguerras, con el inevitable George Orwell, pero también en nuestro país, con Unamuno y Gil de Biedma, además de D’Ors, Azaña y Ortega y Gasset, para él «tres autores determinantes. Asimismo, el lector podrá adentrarse en asuntos que tienen que ver con la moralidad, para lo cual cita a Benjamin, el Estado o el humanismo político, en torno al cual surge la figura de Salvador de Madariaga. Por último, el autor aporta un decálogo con un contenido en verdad atractivo: «el perfil futuro del intelectual», en el que aboga por una reconfiguración del escritor para que restablezca su ascendencia cultural y, lo más importante en el terreno que este libro nos invita a explorar, pública.
Publicado en La Razón, 11-IV-2019