jueves, 22 de agosto de 2019

Entrevista capotiana a Antonio Trujillo García

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Antonio Trujillo García.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
He tenido la suerte de poder viajar mucho, lo que me ha dado la oportunidad de conocer lugares muy interesantes. Pero también ha hecho que valore como se merece el lugar donde vivo. Sin duda, elegiría Málaga.
¿Prefiere los animales a la gente?
No. Me gusta la gente con todos sus matices. Los positivos y los negativos. Un animal puede hacer compañía y proporcionar cosas muy buenas. Pero estoy de acuerdo con una frase que una vez leí en algún sitio, que aseguraba que solo un ser humano puede salvar a otro ser humano.
¿Es usted cruel?
Por supuesto. A veces soy cruel, como todo el mundo.
¿Tiene muchos amigos?
Sí. A algunos de ellos los conservo desde que tenía cinco años.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Lealtad y sentido del humor.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Solo en raras ocasiones. Para mí, ser amigo de alguien no es como una oposición o una tarea en la que haya que estar a la altura. No suelo ser demasiado exigente con ellos.
¿Es usted una persona sincera? 
Sí. La verdad es mucho más divertida que la mentira.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Escribiendo, leyendo y haciendo deporte.
¿Qué le da más miedo?
Llegar a viejo y sentir que no he hecho todo lo que hubiera querido hacer en mi vida.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Lo políticamente correcto. Que una persona no pueda decir lo que realmente piensa porque exista una opinión colectiva impuesta.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Me hubiera gustado ser pintor. De hecho, encontré el primer curso de escritura creativa que hice en mi vida mientras buscaba uno de pintura.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
He practicado boxeo y deportes de contacto desde los 15 años. Llevo unos meses apartado de ellos, pero me gustaría volver en cuanto pudiera. Mientras tanto, hago pesas y salgo a correr.
¿Sabe cocinar?
Lo intento. Me encanta la cocina, pero tengo que reconocer que no soy demasiado bueno.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Charles Bukowski.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Mañana.
¿Y la más peligrosa?
Comunismo.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Sí. Muchas veces.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Soy liberal.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Agente secreto.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Los mismos con los que lleno mi tiempo libre: escribir, leer y hacer deporte.
¿Y sus virtudes?
Ser muy bueno en casi nada, pero medianamente bueno en casi todo.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Si me estuviera ahogando, estoy seguro de que se me pasaría por la cabeza la escena de Titanic de cuando ella estaba encaramada a la puerta flotando en el agua. ¡Ahí cabían los dos!
T. M.