domingo, 16 de agosto de 2020

Entrevista capotiana a Iñaki Echarte Vidarte


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Iñaki Echarte Vidarte.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Venecia, sin duda, que ya es por propios naturales, un laberinto del que cuesta salir. Como es una ciudad inabarcable el exceso de tiempo no es un problema. Siempre habrá un nuevo lugar para un nuevo día.
¿Prefiere los animales a la gente?
En principio a los animales, pero no podemos prescindir de los humanos. No de todos, debemos quedarnos con algunos a nuestro lado, pero a primera vista me parecen más simpáticos los animales.
¿Es usted cruel?
Conmigo mismo no.
¿Tiene muchos amigos?
Tengo pocos. Siempre me ha gustado tener muchos, pero no se me da bien hacer nuevos amigos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Comprensión mutua. Y paciencia. Mucha paciencia.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No. Me temo que acabo decepcionándolos yo.
¿Es usted una persona sincera?
Soy sincera, pero no lo digo todo. 
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Hago collages, fotos, escribo, leo, veo series, veo películas italianas, doy paseos, visito museos, me siento en una terraza con amigos. Y, cuando es posible, viajo. Me gustaría tener más tiempo para nadar y pasar largas temporadas en una casa cerca de la playa.
¿Qué le da más miedo?
Tengo miedo a la soledad y a la pobreza.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La maldad, el egoísmo, los malos gestos, las injusticias y la ineptitud.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Sufrí un bloqueo respecto a la escritura durante varios años y mi lado creativo creció con la fotografía y con el collage. Creo que el lado creativo siempre encuentra un amarre.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
No. Después de haber estado diez años nadando en un equipo de competición no he podido practicarlo con cierta regularidad.
¿Sabe cocinar?
Sí, pero no suelo hacerlo porque me gusta cocinar para los demás. Aunque cuando tengo tiempo me hago algunas recetas que no me salen nada mal.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Artemisia Genthilise o la Roldana. Siempre me han interesado mucho las artistas olvidadas.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Felicitá.
¿Y la más peligrosa?
Política.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No, que yo recuerde. Pero seguro que he tenido ganas alguna vez.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Intento desconfiar de cualquier propuesta política. Todas me parecen interesadas. Pero cuando confío plenamente de un político suele tener una carrera corta y brillante.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Siempre he fantaseado con ser un animal. Pero ahora me interesaría experimentar que se siente siendo una piedra o un río. O un rayo, una gota de lluvia, una flor, la lava de un volcán.
¿Cuáles son sus vicios principales?
No puedo para de comer chocolate, de leer o de hacer collages. También puede considerarse un vicio la observación de todo lo que pasa a mi alrededor.
¿Y sus virtudes?
Tengo mucha paciencia, soy tranquilo y escucho bien. O eso dicen.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
El agua pasando ante mis ojos, formando dibujos incomprensibles que se mueven de lado para otro, transmitiéndome tranquilidad y meciéndome como si estuviera intentando dormir en una cuna.
T. M.