lunes, 3 de agosto de 2020

Entrevista capotiana a Pablo Núñez


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Pablo Núñez.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Gijón, donde resido. Pero, como no iba a poder salir nunca de aquí, le añadiría algunas calles del centro de Madrid y el Museo del Prado, por ejemplo.
¿Prefiere los animales a la gente?
En general prefiero a la gente, pero alguna excepción siempre puede haber.
¿Es usted cruel?
Creo que no.
¿Tiene muchos amigos?
Sí. Los amigos son una de las grandes cosas que nos pasan en la vida, un lujo que no cuesta tanto ni conseguir ni mantener: solo hay que apreciar lo que valen y actuar con ellos como nos gustaría que actuaran con nosotros.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Tengo amigos muy diferentes, tanto en sus formas de ser como en sus intereses, aficiones, etc. Todos me enriquecen a su modo.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Ahora mismo no recuerdo ningún caso.
¿Es usted una persona sincera? 
Siempre que la urbanidad o alguna situación extrema no exijan lo contrario.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leyendo, disfrutando de buen cine, asistiendo a un concierto…
¿Qué le da más miedo?
Equivocarme.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
En los últimos años ya estamos inmunizados contra los escándalos. La realidad ha superado a la ficción demasiadas veces.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Realmente, escribir ocupa una parte bastante pequeña de mi tiempo, y me siento a gusto así, sin que suponga una obligación profesional.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Sí. Fútbol sala, correr, algo de gimnasio y, de vez en cuando, senderismo.
¿Sabe cocinar?
Solo tres o cuatro platos.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Podría ser Ángel González.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
ἐλπίς.
¿Y la más peligrosa?
ὕβρις.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No, por favor…
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
La libertad y la igualdad, y, en caso de duda, la primera de ellas.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Lo mismo que soy, pero mejor.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Quizá algún vicio secundario. Principal, pienso que ninguno.
¿Y sus virtudes?
He sabido rodearme de personas que merecen mucho la pena y de las que puedo aprender.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Imágenes de todas las opciones posibles e imposibles para salir a flote. No hay que rendirse nunca.
T. M.