viernes, 22 de enero de 2021

Entrevista capotiana a Marcela Serrano

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Marcela Serrano.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Mi casa en el campo. La construí pensando en un eventual retiro, por lo que tiene todas las comodidades a las que normalmente se aspiran.  Está en medio de un huerto de naranjos y rodeada por cerros inmensos. Supongo que podría salir a caminar, ¿verdad?

¿Prefiere los animales a la gente? Estoy en la duda. Pasé la peor parte de la pandemia con perros y gatos y no terminé detestándolos, como me habría sucedido con cualquier humano.

¿Es usted cruel? A veces. Pero en silencio. No humillo al otro/a pero mis pensamientos pueden ser feroces.

¿Tiene muchos amigos? Sí, pero hagamos la diferencia entre los íntimos y los otros. Esos son muchísimos, los primeros, pocos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Risa y lealtad  (y, admito, inteligencia).

¿Suelen decepcionarle sus amigos? No. Pero cuando me han decepcionado me he alejado.

¿Es usted una persona sincera? Bastante.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo.

¿Qué le da más miedo? Las arañas peludas, la altura y el cáncer.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La pedofilia. Y un hombre que le pega a su mujer.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? ¡No quiero ni pensarlo! Me habría muerto de hambre.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Ninguno, fuera de caminar por el campo. Además, soy fumadora. Debo tener los días contados.

¿Sabe cocinar? Pocas cosas. Lo único que hago del todo bien es la pasta, resultado de vivir años en Roma.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A Emily Brönte.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Igualdad.

¿Y la más peligrosa? Sometimiento.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Matar propiamente, no, pero sí desear su muerte. La de Pinochet, por ejemplo.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? De izquierda, siempre, aunque ya ni sé lo que significa.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Christiane Amanpour.

¿Cuáles son sus vicios principales? El cigarrillo, las series televisivas, dormir hasta tarde, el vodka.

¿Y sus virtudes? Tengo una bonita caligrafía y juego futbol con mi nieto.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Una fila de álamos en un potrero.

T. M.