En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Gemma Solsona Asensio.
Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder
salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Aquí lo tengo fácil.
Me apasionan las casas así que si puedo elegir me quedo con mi propia mansión
encantada, llena de escaleras y cuartos ocultos, con su buhardilla y su sótano
e incluso su propio jardín secreto. Y si está situada en el norte de
Inglaterra, cercana a los páramos de Yorkshire que inspiraron a las Brontë… ¿cuándo
nos vamos?
¿Prefiere los animales a la gente? A ver, adoro a mis gatos, Harry y Potter. Pero también necesito escuchar
algo más que maullidos de cuando en cuando. Así que supongo que depende de los
animales y del tipo de gente…
¿Es usted cruel? En
mis historias sí, sin duda e intento, en la medida de lo posible, que la
crueldad se quede ahí, atrapada en la ficción. No sé si lo consigo siempre…
¿Tiene muchos amigos? Conocidos, muchos. Compañeros, también. Personas con las que disfruto una
barbaridad cuando nos encontramos, sin duda. A medida que me hago mayor, sin
embargo, me cuesta más decir que todos son “amigos”. Pero muchos de ellos sí sé
que están ahí cuando los necesito (y viceversa) y pienso que eso, al fin y al
cabo, es lo más importante.
¿Qué cualidades busca en sus amigos? Sinceridad y sentido del humor, sin duda.
¿Suelen decepcionarle sus amigos? No, la verdad. Quizá podría decirse que quizá he tenido suerte, ¡al menos
hasta ahora!
¿Es usted una persona sincera? Sí, además soy muy expresiva y si a veces intento contenerme… la mirada y
los gestos hablan por si solos y se ve lo que pienso o quiero o deseo a leguas.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Pues ahora, en estos días en los que casi me fundo con las paredes de
casa, diría que estoy a gusto, sí, leyendo y escribiendo y no me hace falta
mucho más. Pero cuando regrese la normalidad “normal” adoro viajar y si fuera
posible… me pasaría la vida descubriendo lugares, visitando edificios con
historia, casas con secretos…
¿Qué le da más miedo? Los
gusanos… ay, me dan auténtico repelús. Bueno, y las cucarachas y los
escarabajos y las avispas… vamos, insectos varios. ¡Ah! Y las alturas. Será que
en fondo soy más miedosa de lo que pensaba.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le
escandalice? No sé si puedo hablar de que
algo me escandalice… Más bien me molesta o me cuesta comprender que alguien intente
imponerme su opinión sin ningún tipo de concesiones.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida
creativa, ¿qué habría hecho? Se
me da fatal el dibujo, pero en el caso de no poder expresar mis historias con
palabras, supongo que lo hubiera intentado con imágenes. Y me gustaría ser
fotógrafa o ilustradora. La cuestión sería seguir contando.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Uy, nunca me gustó la gimnasia. Me encanta bailar, eso sí. Y si algún día
puedo no dudaré en apuntarme a clases de Broadway o Bollywood. Pero ejercicio
físico… he estado durante años pagando un gimnasio y todo lo que hacía, cuando
iba una vez cada dos semanas, era llevarme un libro mientras pedaleaba en la
bicicleta estática. Ahora tengo mi propia bici en casa… y los libros siguen
haciéndome el esfuerzo un poco más entretenido.
¿Sabe cocinar? Soy
bastante desastre cocinando. Aunque gané hace un años un concurso de cocina
(sí, sí, de premio nos pusieron casi casi los electromésticos de la cocina).
Pero es que una cosa es pensar en nuevas ideas para poner en práctica sobre el
papel y otras cocinarlas. Yo soy de proponer y mi pareja de cocinar… así que de
esta forma formamos un tándem perfecto.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un
personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Ahora mismo a una de mis brujas literarias favoritas, Shirley Jackson. Me
fascinan sus historias, personajes como Merricat me parecen también
inolvidables y desde mi punto de vista su vida y obra se cruzan e influyen de
tal forma que creo que hablar de Shirley siempre es interesante.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de
esperanza? Pues supongo que algo tan
sencillo como “vida”.
¿Y la más peligrosa? Hay muchas palabras que pueden ser peligrosas y más si se sacan de
contexto. Hoy en día creo que en ocasiones las redes sociales precisamente son
un hervidero de conflicto debido a esta descontextualización. Pero si me tengo
que quedar con una palabra tal vez sería “ignorancia”.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien? ¿En mis cuentos? Siempre.
¿Cuáles son sus tendencias políticas? Me gusta mucho la frase de Unamuno “unamunista”, así que podría decir
“gemmista”. Pero mis tendencias viran siempre hacia la izquierda.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Cómo no, una casa.
¿Cuáles son sus vicios principales? Ay, el chocolate y los dulces. Me pierden.
¿Y sus virtudes? Es
difícil definir una misma las virtudes… pero si tengo que echarme flores diría
que la imaginación, la empatía y el sentido del humor.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del
esquema clásico, le pasarían por la cabeza? No sé… espero que fuera un flotador hacia el que alargo mi brazo para
subir a la superficie.
T. M.