La lucha por el control del Mediterráneo desde el siglo XVI al XVIII; así reza el subtítulo de este gran estudio del especialista en historia militar Juan Carlos Losada. Tres centurias de enfrentamientos entre dos potencias que lucharon en pos de dominar las rutas comerciales del sur de Europa, lo cual podemos seguir desde el momento en que, por así decirlo, los otomanos entran en la historia. “La cristiandad llevaba en guerra contra el islam desde hacía siglos. Era el enemigo por antonomasia y el recuerdo de las cruzadas y el sentimiento de desgarro por ver en manos infieles los Santos Lugares, seguía presente en toda Europa”, empieza diciendo este doctor asimismo en historia y gran experto en los sucesos contemporáneos más determinantes de España.
En 1453 un poderoso Imperio otomano acaba de vencer al Imperio bizantino. Es una época de intolerancia fanática, nos dice el autor, por todo el continente, que se manifestó en persecuciones religiosas, encarcelamientos y disidencias políticas. Siglos llenos de guerras civiles en Inglaterra y Francia, la de los Treinta Años, un periodo sangriento, de combate contra el turco y contra el islam, que marcaría “la identidad política e ideológica en España”. Una hostilidad que se manifestó desde las guerras de Granada de fines del siglo XV hasta finales del siglo XVIII y que tenía un porqué fundamental: el control de las rutas comerciales. Es más, “sin las guerras contra los turcos, que representaban el brazo más potente del islam en la Edad Moderna, ni España, ni Europa, ni Turquía serían lo que hoy son”.
Por eso es tan interesante la presente investigación, que desde la perspectiva militar, política y cultural nos aporta todo una ventana a la vida bélica pero también diplomática de esos tres siglos, ya que incluso en lides tortuosas hay fases en que lo comercial o lo artístico se abren paso entre países enemigos. De ahí que en estas páginas conozcamos personajes novelescos, aventureros, espías, desertores o delincuentes que también nos hablan de las costumbres otomanas que se extendieron por Europa, concernientes a la arquitectura, la música, el café, los jardines o las flores.
Publicado en La Razón, 17-VII-2021