jueves, 22 de diciembre de 2022

La experiencia de abrirse al mundo


Allá donde vayas, no podrás salir de ti mismo, te llevarás contigo tus problemas y dudas, dice el tópico, pero cuánto puede hacer por nosotros un buen viaje. Los nuevos horizontes e idiomas, una cultura distinta, un paisaje novedoso cambian una vida, o la mirada hacia el existir. Y aquí, de forma libresca, se presentan algunas sendas para conocer algunos destinos, o redescubrirlos, leerlos al compás del viajero que los recorrió.

Es el caso de Miquel Molina, que en Siete días en la Riviera (Catedral) cuenta cómo durante un semana del verano de 2021, pisó las mismas tierras italianas y francesas que vieron el paso de poetas románticos ingleses, de la narradora Mary Shelley o de músicos como los Rolling Stones o Patti Smith.

En la misma editorial, Arturo San Agustín nos ofrece un Pasaporte sentimental que atraviesa lejanas fronteras; de tal modo que la experiencia vital y la lectora se funden dejando que percibamos el silencio de la noche africana o la mitología de Torshaven, en las islas Feroe, cuyo puerto rinde homenaje a Thor, dios del Trueno.

Y hablando de islas, cabe citar Redescobrint la Malta catalana (Librooks), de Jordi Bilbeny. Este texto, a medio camino entre la guía de viajes y el ensayo, examina la impronta catalana que ha quedado en la actualidad en este pequeño país al sur de Sicilia, en los ámbitos de la toponimia y el léxico, en la cocina, el folclore, la arquitectura o la religiosidad.

Un poco más al este vivió Charmian Clift, que en Cantos de sirena (Gatopardo) cuenta que en 1954, ella y su marido dejaron su casa de Londres y se trasladaron con sus dos hijos a la tierra griega de Kálimnos. El lugar se encontraba poblado por pescadores de esponjas y mujeres supersticiosas y pobres, en un entorno de naturaleza salvaje y muy bella.

De este punto del mar Egeo saltemos a una zona más o menos próxima, la del Viaje al cercano Oriente en 1868 (Constantinopla, Egipto, Suez, Palestina), de Alfonso de Borbón Austria-Este (Prensas de la Universidad de Zaragoza). Se trata de un diario que llevó el hermano del pretendiente carlista, a los dieciocho años; un testimonio tanto del fin de los regímenes absolutistas europeos como de la decadencia del Imperio Otomano.

Una vez conocida toda esta área que une el noreste de África con Medio Oriente, sigamos en suelo africano por medio de Sin noticias de Ítaca. Un viaje a los dos lados del Sáhara (Laertes), de Enrique Vaquerizo Domínguez. Desde Ceuta, se recorren 3.500 kilómetros con el objetivo de llegar a los campamentos de Tinduf por una ruta desaconsejada tanto por las autoridades marroquíes como saharauis.

Dirijámonos ahora al África Central, gracias a Viatge al centre de la tribu (Círculo Rojo), en que Núria Serra Alsina relata su aventura en diferentes zonas de Camerún; su prisma está lleno de emociones, desde un profundo sentido de comunión con las personas que la acompañan. E igualmente es un compendio de experiencias muy personales lo que propone Jordi Llompart en Viatges d'en Kabbo (Columna): una serie de crónicas a raíz del trabajo documental del autor, en tierras regadas por el Nilo, en la sabana o en Namibia.

Cambiemos de continente otra vez con una especialista en recorrer Asia como Erika Fatland. Su tercer gran viaje ha dado como resultado Himalaya. Un viaje a través de Pakistán, India, Bután, Nepal y China (Tusquets), en pos de experimentar la vasta cordillera que serpentea a través de cinco países en que se practica el islam, el budismo y el hinduismo. En el techo del mundo cohabitan innumerables lenguas y culturas, y en torno al monte Everest sentiremos la espiritualidad de los monasterios budistas o las leyendas sobre el yeti.

Haciendo frontera con el gigante chino se encuentra un lugar al que le ha dedicado Leoncio Robles su libro Viaje al reino de Ava. Una crónica birmana (La Línea del Horizonte). Es la oportunidad de sumergirse en un nación que ha sufrido persiguiendo la libertad, de tal modo que el viajero constata cómo la población ha aprendido a vivir en constante inestabilidad y en un conflicto local que involucra a unos quince grupos étnicos.

Pero si hemos de pensar en lugares extremadamente recónditos, pensemos en un par a los que se llega a través de una larga travesía; lugares que parecen existir en medio de ninguna parte. Por una parte, nos referimos a lo que se cuenta en Perdidos en el Ártico (Libros del Viento), de Ejnar Mikelsen; este explorador danés, en 1910, emprendió un viaje en busca de los diarios de la malograda expedición de Mylius-Erichsen que había partido para probar que el trazado de Robert Peary de la costa este de Groenlandia era un completo error.

Por otra parte, tenemos a artistas como Josep Maria de Sagarra, Zane Grey, Victor Segalen o Henri Matisse, que alcanzaron los Mares del Sur y la Polinesia. Eso es lo que muestra El sueño de Tahití. Viajeros en busca de la última aventura (Fórcola), de Alejandro J. Ratia. Un lugar este en mitad del Índico que para los visitantes citados representó una Arcadia exótica y sensual pero que tiempos ha era sinónimo de aventura intrépida.

Mucho menos conocido pero una figura interesante a descubrir es aquel que protagoniza El Grand Tour de Josep Anton de Cabanyes i Ballester (1797-1852): Viatges i afició col·leccionista a la llum d’Europa (Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona). Francesc Miralpeix cuenta la experiencia viajera de un joven catalán que, radicado en Ámsterdam, salió a conocer España, Inglaterra, Francia, Países Bajos, Suiza e Italia entre 1816 y 1824.

Y cerremos este recorrido sin salir de casa, con Viajes literarios. Cartografía de recorridos ficticios a través del mundo de la literatura (Blume). En él, John McMurtrie presenta 75 obras de ficción desde Homero hasta 2021. No hay, sin embargo, aquí libros de viajes en sí; cada libro tratado contiene un viaje que se basa en lugares reales, y no imaginarios, aunque esos lugares no se mencionen de forma explícita. Para aquel que, hoy, prefiera antes recurrir a la imaginación que recorrer el mundo.

Publicado en Cultura/s, 17-XII-2022