martes, 20 de junio de 2023

Entrevista capotiana a Amalia de Tena

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Amalia de Tena.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Nuestra casa de campo en el sur de Holanda.

¿Prefiere los animales a la gente? A la gente, por supuesto.

¿Es usted cruel? Tengo muchos defectos pero creo que la crueldad no está en mi lista.

¿Tiene muchos amigos? Sí y muy buenos. Ahora los cuido más que cuando era joven. He vivido en muchos sitios diferentes y es difícil mantener el contacto con todas las amistades que vas haciendo en el camino. Le he perdido la pista a gente maravillosa y me da mucha pena.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? La bondad y la lealtad.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? La verdad es que no. En toda mi vida sólo recuerdo a dos amigas que sí lo hicieron. Corté por lo sano y no las he vuelto a ver. No por rencor, simplemente dejaron de interesarme y tengo que reconocer que nunca las he echado  de menos.

¿Es usted una persona sincera? No todo lo que me gustaría. Ser sincera implica decir a veces cosas que los demás no  quieren escuchar y yo prefiero decir las que quieren oír. Creo que huyo de las broncas y de los malos rollos por las peleas que presencié de pequeña entre mis padres. Sin embargo, siempre he intentado ser sincera y consecuente conmigo misma.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? En fantasear sobre nuevas historias y en escribir. Ha sido una vocación tardía y he descubierto que me lo paso genial con “mi nueva profesión”. Puedo hacer lo que me da la gana con mis personajes y dejarles decir cualquier barbaridad. Cuando me canso de ellos, me pongo  a leer o me voy a ver una película (me encantan los cines). Y una de mis aficiones favoritas es cenar fuera con mi marido, siempre tenemos muchas cosas que contarnos.

¿Qué le da más miedo? Que le pase algo a mi hijo.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? No me escandalizo fácilmente.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Me hubiera gustado ser cantante en una banda de rock.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Antes corría media hora a diario. Ahora paseo a buen ritmo.

¿Sabe cocinar? Me gusta cocinar y aunque no soy una experta, tengo que reconocer que los platos que sé hacer me salen muy buenos. Hago una caldereta extremeña para chuparse los dedos. La receta es de mi madre. Cuando la estoy cocinando, su aroma se esparce por toda la casa y es como si la tuviera todavía conmigo.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Elena Ferrante, por su calidad como escritora y su valentía al optar por el anonimato. La exposición mediática cuando es excesiva me parece obscena.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Son dos: Amor y Solidaridad.

¿Y la más peligrosa? El nacionalismo radical que lleva a la xenofobia y a posicionarse por encima del otro.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Sí, pero no voy a decir a quién, jajaja.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Soy una demócrata de izquierdas.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Hace unos años te haría una lista. En este momento me conformo con ser yo misma.

¿Cuáles son sus vicios principales? Las pipas, las palomitas y la cerveza.

¿Y sus virtudes? No nombrar mis virtudes.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Mi hijo y mi marido.

T. M.