viernes, 9 de febrero de 2024

Entrevista capotiana a Miguel Ángel Sánchez Rafael

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Miguel Ángel Sánchez Rafael.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Eso sería horrible. Saber que el horizonte es una línea que te marca el límite. Pero imagino que me gustaría vivir en un lugar donde pudiera entenderme con el único idioma que medianamente domino: el español (o el castellano, como lo quieran llamar).

¿Prefiere los animales a la gente? Según se trate de qué gente y qué animales. Por ejemplo, no me gustaría compartir escenario con un tigre o un león, menos con una rata; pero no me importaría estar acompañado por un perro o un burro (en mi infancia mi padre tenía un burrito) antes que con un pedantón o cualquier político; aunque el político sea muy burro.

¿Es usted cruel? Nunca busco ser cruel. Sin duda alguna en algún momento lo habré sido (son ya muchos años vividos) pero puedo asegurar que nunca lo he hecho con intenciones de serlo.  

¿Tiene muchos amigos? Tengo unos cuantos, poquitos; pero eso sí, de calidad.  

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que no me traicionen, porque entonces resulta que me quedé largo contando el número de amigos. No serían poquitos, sino ninguno. De verdad, lo que menos soporto es la traición.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Si me decepcionan el equivocado entonces era yo. Tomé como amigo a quien realmente no lo era.

¿Es usted una persona sincera? Yo no miento. Oculto y callo cosas y sentimientos, pero mentir no miento. No sé si eso es o no es ser sincero.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? No lo sé, porque el tiempo siempre está ocupado. Leer, escribir, pasear, estar con los amigos, con la familia, o a solas con uno mismo forma parte del juego de vivir. No tengo concepto de tiempo libre.

¿Qué le da más miedo? Te lo digo… Que pierda la ilusión por la literatura, que no me vea capaz de escribir una sola línea. Y lo malo es que esa sensación la tengo cada día, y cada día esa sensación va a más. Por eso, cada día, también, me tengo que obligar a escribir. Y me cuesta.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Están pasando tantas cosas que ya nada escandaliza. A lo mejor comprobar que a la política ha llegado ya esa generación de individuos mal preparados porque en su niñez estuvieron faltos de cultura. Y así nos va a ir en este país con semejantes cazurros…

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Vivir la vida de todos los personajes literarios que me inspiraron y empujaron a escribir las historias de mis cuentos y novelas.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? No soy mucho de deportes, pero voy a correr (correr, no running), andar y poco más. Sobre todo, para atrasar los achaques que le espera al cuerpo cuando cumpla algunos años más.

¿Sabe cocinar? He descubierto en internet un canal de youtube que me saca de apuros: “Cocina con Carmen”.  A quien no sepa cocinar, se lo recomiendo.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Creo que Ana Ozores. La Regenta fue el primer libro que me arrancó alguna lágrima, yo que lloro poco.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Esperanza, ya lo dice la propia palabra.  

¿Y la más peligrosa? Tonto. Me imagino a un tonto con un silbato dirigiendo al mundo. ¡Vaya peligro! Y eso está pasando.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Es que yo he matado, pero de un modo que no me pillen. Yo traslado a esa persona que detesto (que no es lo mismo que odiar) a mis páginas y la asfixio atragantándola de palabras o la arrojo por el barranco de algún párrafo. Soy un criminal de guante blanco.   

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Ya no lo sé, porque antes eran las personas las que se cambiaban de chaqueta, ahora son los partidos políticos quienes se las cambian.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Árbol, o piedra. Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, y más la piedra dura, porque esa ya no siente…

¿Cuáles son sus vicios principales? Creo no tener vicios. A lo mejor la obsesión por hacer las cosas perfectas, algo que será posible pero que igual no está a mi alcance. ¿Comprar libros es un vicio?

¿Y sus virtudes? Creo que mi mayor virtud es el amor y el coraje en la defensa por la tierra que me vio nacer. En concreto a la zona sur de Extremadura, a Llerena (mi pueblo) y el resto de pueblos que conformamos la comarca.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Todo lo que he dejado escapar por culpa de mi timidez, que son muchas cosas.

T. M.