martes, 2 de abril de 2024

Entrevista capotiana a Pilar Nasarre

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Pilar Nasarre.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Una casa con vistas al mar y al atardecer.

¿Prefiere los animales a la gente? No. Pero me gustan los  animales. De hecho, tengo un perro.

¿Es usted cruel? No. Siempre sucumbo a la piedad.

¿Tiene muchos amigos? Soy solitaria: no muchos, pero suficientes; y de larga duración. La cantidad resta intensidad a los afectos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Inteligencia, humor, bondad.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? La decepción forma parte de la vida. Si son amigos, procuro entenderlos y perdonarlos.

¿Es usted una persona sincera? Busco la verdad y detesto la mentira. Trato, sobre todo, de no autoengañarme.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Siempre hago lo mismo: leo y escribo. Cuando descanso, me gusta contemplar cosas bellas; un paisaje, por ejemplo.

¿Qué le da más miedo? ¿Qué no me da? El miedo es una de las pasiones de mi vida.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La injusticia.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Además de escritora, he sido profesora. No me imagino de ninguna otra manera.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Caminar y nadar.

¿Sabe cocinar? No lo hago mal, pero no es mi afición preferida.

Si el Readers Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A un héroe anónimo, a un hombre que se juega la vida para salvar a otros.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Amor.

¿Y la más peligrosa? Fin.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No, ni en sueños.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? No soy fanática de ningún ideal. Si acaso, siguiendo a Bernhard, me inclino por la corrección de la corrección de la corrección.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? ¿Un ser imposible? Un ángel estaría bien.

¿Cuáles son sus vicios principales? La ansiedad.

¿Y sus virtudes? Ser sensible hacia los problemas de quienes me rodean y preocuparme por todo; lo cual no deja de ser un defecto.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Me ahogo abrazada a mi hombre y a mi perra. Y me gustaría poder fantasear con esa luz al final de un túnel por el que avanzaría al encuentro de mi hermano y mis padres muertos.

T. M.