viernes, 14 de junio de 2024

Entrevista capotiana a Carlos D. Lechuga

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Carlos D. Lechuga.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Una isla desierta en el Caribe llena de sembradíos de tabaco. O abrazado a una mujer desnuda con la cara pegada a su axila.

¿Prefiere los animales a la gente? No. Prefiero a la gente, que son un tipo de animal también.

¿Es usted cruel? No sé, soy una persona sin filtros y eso a veces quizá si sea un poco cruel.

¿Tiene muchos amigos? No. Tengo muchos conocidos y pocos amigos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Que sepan escuchar.  Que no sean envidiosos.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Antes sí, ahora no espero nada de nadie. Me gusta compartir espacio sin esperar nada a cambio. Es un ejercicio difícil.

¿Es usted una persona sincera? Sí.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Fumando puros Habanos, leyendo y haciendo el amor.

¿Qué le da más miedo? Las enfermedades. Las enfermedades de la piel. Los desfigurados.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? El descaro de los políticos cubanos.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Hubiera sido vigilante de algún almacén abandonado donde no corriera mucho riesgo.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Hacer el amor.

¿Sabe cocinar? Sí. Pero que un cubano diga que sabe cocinar en un país donde se come tan rico es una falta de todo.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Orson Welles y Eddy Campa.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Grajito.

¿Y la más peligrosa? Córrete.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? A muchas personas.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Adorador de la libertad plena del ser humano.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Un río.

¿Cuáles son sus vicios principales? No puedo dejar de fumar puros habanos. Me encanta estar acompañado por mujeres. Necesito trabajar en mis historias todo el tiempo. Soy un poco infantil.

¿Y sus virtudes? No le hago perder tiempo a la gente. Llego a la hora acordada.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Las partes del cuerpo de una mujer. Pie. Muslo. Monte. Axila. Ojo. Boca. Pelitos. Un último abrazo con mi madre. Un chiste con mi hija.

T. M.