lunes, 6 de mayo de 2013

Entrevista capotiana a Emilio Calderón


En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Emilio Calderón.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
La Biblioteca Nacional de España.
¿Prefiere los animales a la gente?
No. Prefiero a las personas, pese a que muchas se empeñen en comportarse como animales.
¿Es usted cruel?
No.
¿Tiene muchos amigos?
No tengo amigos.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Ninguna.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Como no tengo, no pueden decepcionarme.
¿Es usted una persona sincera? 
Suelo serlo, salvo cuando escribo. Escribir, entre otras cosas, implica adoptar una impostura.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Viajando y leyendo. Mejor si puedo hacer las dos cosas a la vez.
¿Qué le da más miedo?
Que mi hija enferme.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Que siga habiendo guerras y que millones de personas pasen hambre.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Me hubiera gustado ser astronauta, aunque para ser sincero me dan miedo las alturas.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Menos de lo que debería y me gustaría.
¿Sabe cocinar?
Bastante bien. Soy un cocinillas. Hago un curry para chuparse los dedos.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Pablo Neruda.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Niño.
¿Y la más peligrosa?
Egoísmo.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Me temo que sí. Pero no diré a quién.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Soy un gran descreído. Por regla general, la política es un motivo constante de insatisfacción para el gobernado y una plataforma de promoción social para el que gobierna. Cualquier tipo de poder provoca en mí recelo.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Me gustaría ser una mejor persona y también ser más inteligente de lo que soy.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Uf, todos. Como chocolate negro todos los días.
¿Y sus virtudes?
Carezco de virtudes (visibles e invisibles).
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Cuando vi por primera vez el rostro de mi hija recién nacida.
T. M.