miércoles, 18 de junio de 2014

Entrevista capotiana a Ricardo Cano Gaviria

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Ricardo Cano Gaviria.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Los Estados Unidos de Europa, cuando al fin existan. Mientras tanto me contentaría con Francia…
¿Prefiere los animales a la gente?
Sin duda alguna, ellos no saben mentir; te comen o te lamen…
¿Es usted cruel?
A veces, cuando me pierdo de vista a mí mismo.
¿Tiene muchos amigos?
No, porque encontrar un amigo es como hallar una aguja en un pajar.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
La empatía y la lealtad.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Sí, pero supongo que no pocas veces también yo los decepciono a ellos… 
¿Es usted una persona sincera? 
Sí, pero la sinceridad es una hipótesis… Mejor dicho, una aspiración…
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Desde que aprendí a leer y a soñar, la curiosidad no me deja tiempo libre.
¿Qué le da más miedo?
Los espacios interestelares de Pascal y la estupidez humana.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
El canibalismo de la sociedad civilizada… Que el precio de la carne humana suba y baje en el mercado de divisas como el de cualquier otra mercancía… 
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Viajar y vivir del cuento como Ulises.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Caminar…  ¿soñar despierto se considera como un ejercicio físico?
¿Sabe cocinar?
Sí, especialmente lentejas y otros platos humildes, más o menos bíblicos…
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Sísifo o a Ícaro, entre los mitológicos. A Leonardo o a Baudelaire, entre los históricos…
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
¡Mierda!
¿Y la más peligrosa?
Dios.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
La mayor parte de las veces ya se me habían adelantado.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Soy un progresista pesimista… Me guía el pesimismo del entendimiento y el optimismo de la voluntad, como decía Gramsci.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Protector de animales en vías de extinción…
¿Cuáles son sus vicios principales?
El orgullo y el rencor.
¿Y sus virtudes?
Mi mujer me sugiere que ponga aquí que soy un tío inteligente, con sentido común y con ironía. Y también muy trabajador y constante…
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Me acordaría de Jonás y de la suerte que tuvo…  Y le diría a Dios: si te queda alguna, mándame otra ballena…  

T. M.