Hoy, día de Navidad, he recibido el
mejor regalo posible para un escritor: un lector al que le ha gustado una obra
propia y que da cuenta de ello en la prensa. Ha sido Jesús Ferrer, en el
suplemento de libros de La Razón, quien
reseñó ayer La
soledad del tirador, con tanta profundidad y generosidad, con tanto ahínco
al captar la esencia narrativa y social que contiene esta novela mía, que me es
imposible trasladar con palabras mi sensación de maravilla y agradecimiento. De
qué formidable manera este extraordinario crítico y profesor universitario ha
abordado aspectos de género, contenido y alcance sociológico. Y mucho, muchísmo más.