jueves, 2 de abril de 2015

Entrevista capotiana a Javier La Orden Trimollet

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Javier La Orden.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Una casa en una montaña boscosa, con una buena vista.
¿Prefiere los animales a la gente?
Como alimento, sí; soy carnívoro, pero no caníbal. Como compañía, los dos tienen su lado bueno y su lado malo, pero no cabe duda de que la compañía más completa para un ser humano es la de otro ser humano. Los animales carecen del don de la palabra, lo cual, en principio, es un inconveniente, pero a veces puede ser una ventaja.
¿Es usted cruel?
No.
¿Tiene muchos amigos?
Los suficientes.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
La sinceridad, la bondad, la tolerancia, la inteligencia, la imaginación, el sentido del humor, el interés por el mundo que nos rodea.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Los verdaderos amigos nunca decepcionan.
¿Es usted una persona sincera? 
Sí.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Estando con los amigos, ya sea en la ciudad o en el campo; leyendo, escribiendo, oyendo música, viendo cine y teatro, disfrutando del Arte y de la Naturaleza en general.
¿Qué le da más miedo?
La ignorancia.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Hay cosas que me asquean o que no apruebo, pero no diría que me escandalizan.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
No puedo imaginarme de manera diferente a como soy.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Sí.
¿Sabe cocinar?
No, apenas.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
No siento mucha simpatía por los artículos del Reader’s Digest.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Comprensión.
¿Y la más peligrosa?
Desprecio.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No, aunque en más de una ocasión me habría gustado poder mandar a las antípodas a alguna persona.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Liberalismo, antitotalitarismo, antiextremismo.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Músico.
¿Cuáles son sus vicios principales?
A esta pregunta deberían responder los que me conocen.
¿Y sus virtudes?
Véase la respuesta anterior.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Creo que el «esquema clásico» de las imágenes que le pasan a uno por la cabeza cuando se está ahogando es una pura fantasía. En esas circunstancias uno solo piensa en que se está ahogando.

T. M.