lunes, 27 de junio de 2016

Entrevista capotiana a Joaquín Leguina

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Joaquín Leguina.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
La Biblioteca Nacional, en cuyo edificio también está el Museo Arqueológico.
¿Prefiere los animales a la gente?
A las personas. Los animales no hablan.
¿Es usted cruel?
No lo soy. La Naturaleza sí es cruel.
¿Tiene muchos amigos?
Creo que sí.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
El cariño y la solidaridad.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
En muy contadas ocasiones.
¿Es usted una persona sincera? 
Procuro ser educado y la sinceridad es lo contrario de la buena crianza. Si todo el mundo fuera completamente sincero no se podría vivir en sociedad.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leyendo, charlando y mirando cómo pasa la vida y cómo se mueve la gente.
¿Qué le da más miedo?
La traición, el odio y el desprecio.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
El egoísmo y la codicia que se instalaron, hace ya tiempo, en torno a la política española.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Seguir mi carrera de funcionario, pero fuera de España.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
¡Qué remedio! Soy diabético.
¿Sabe cocinar?
Sí.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Albert Camus.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Amor, sexo, belleza.
¿Y la más peligrosa?
Amor.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No. ¿Para qué? Todos tenemos que morir.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Socialista, de los de antes de Zapatero.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Científico de la NASA.
¿Cuáles son sus vicios principales?
No lo pienso decir, que luego todo se acaba sabiendo.
¿Y sus virtudes?
Haga usted una encuesta. Al fin y al cabo, aún me conoce bastante gente.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Las de un bote de vela que viene a rescatarme.

T. M.