Entre
los cargos que llevó a cabo el alemán Henry Kissinger (1923)
fue el de asesor de Seguridad con Richard Nixon y Gerald Ford, de tal modo que
durante mucho tiempo obtuvo una gran experiencia sobre cuestiones de política
internacional. Esa andadura le ha servido para componer este “Liderazgo”
(traducción de Ramón González Férriz y Marta Valdivieso Rodríguez), en que se
adentra en cómo encararon altos desafíos figuras de importancia histórica
incuestionable: Konrad Adenauer,
Charles de Gaulle, Richard Nixon, Anwar Sadat, Lee Kuan Yew y Margaret
Thatcher.
Las decisiones de todos ellos condujeron a un nuevo orden internacional, viene a decir el autor, cuyo enfoque es considerar que cualquier sociedad se encuentra “en un tránsito perpetuo entre un pasado que conforma su memoria y una visión del futuro que inspira su evolución. En ese recorrido, el liderazgo es indispensable: hay que tomar decisiones, ganarse la confianza, mantener las promesas, proponer una forma de avanzar”.
A partir de esa necesidad de que las instituciones humanas (los Estados, religiones, ejércitos, empresas, escuelas) ayuden a las personas a desarrollarse y prosperar, también sin embargo surge el problema de que, sin el debido liderazgo, las instituciones flojean y los países pierden el rumbo. Un buen líder es capaz de hacer un buen análisis de la situación, refiere Kissinger, de forma realista, y asimismo intuir el modo en que los acontecimientos irán precipitándose. En este sentido, los seis protagonistas convocados gozarían de una comprensión intuitiva de la dirección que debe seguirse hasta fijar objetivos y establecer la debida estrategia.
Publicado en La Razón, 18-III-2023