Es digno de destacar el trabajo que está realizando la editorial Armaenia a la hora de traer al español buenos autores del este de Europa, totalmente desconocidos entre nosotros y con notables aspiraciones literarias. Es de nuevo el caso de esta autora letona, Inga Gaile (Riga, 1976), que en su país obtuvo dos veces el Premio Nacional de Literatura, por un poemario y por esta novela, de 2019, «Las hermosas« (traducción de Rafael Martín Calvo). En ella, van tomando protagonismo las voces de un preso político de un campo de concentración, un médico del campo, un guardia de las SS, varias mujeres…
Narrada a lo largo de una prolongada cantidad de años, desde los cuarenta a los noventa del siglo pasado, e incluso asomándose el XXI, la obra aborda sobre todo la infausta guerra y el obligado exilio cruzando estas vidas con la Letonia contemporánea y presentando los horrores del Ravensbrück nazi. La belleza allí de Violetta la convierte en objeto sexual en dicho campo, y alrededor de ella se generarán compasiones o remordimientos por parte de otros personajes, y las consecuencias que tiene eso a largo plazo. A la vez, otra mujer, Duks, representará la visión de ese pérfido pasado a la hora de escribir un relato sobre el Holocausto. De este modo, «Las hermosas» es una historia de resistencia tanto como de la fortaleza del carácter femenino ante la adversidad, lo cual se aprecia en los monólogos de las muchachas que hablan, con estilo descarnado y un punto de poético.
Tal corriente de pensamiento narrativo es un riesgo estético que asume Gaile con buenos resultados, dotando a su narrativa de continuidad y complemento, pues se trataría de una especie de segunda parte del que fuera su debut literario en 2016. En todo caso, la autora enfrenta lo humano y lo inhumano en circunstancias extremas, además de reflexionar acerca de cómo el totalitarismo impacta en las personas de a pie, en especial después de haber sobrevivido a horrores infernales, o a partir de la figura particular del médico, contrario a las ideas eugenésicas, que acaba devastado por culpa de las políticas nazis.
Publicado en La Razón, 25-I-2025