viernes, 12 de diciembre de 2025

Entrevista capotiana a Alberto Zamuner

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Alberto Zamuner.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Yo nací y viví en Buenos Aires, hasta que mis hijos quisieron irse a Europa. Si no pudiera estar en otro sitio seguiría siempre allí.

¿Prefiere los animales a la gente? Me gusta estar con la gente porque habla, escribe y lee. Pero los animales nos quieren, nos acompañan, y nos caen bien porque no opinan ni preguntan.

¿Es usted cruel? Muchas veces tuve ganas de aplastar alguna cabeza, pero no supongo que fuera por crueldad.

¿Tiene muchos amigos? No; porque ser amigo es coincidir mucho, y eso no suele pasar.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? No creo que busque cualidades: nos encontramos con que alguien es un amigo sin habérnoslo propuesto.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Es bastante habitual que nos decepcionen; pero no es su culpa. Tal vez sea porque la gente cambia con el tiempo, y porque esperamos coincidir más de lo posible.

¿Es usted una persona sincera? Creo que sí, y cuando no lo soy no me doy cuenta.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? En leer, escribir, ver charlas en YouTube o sentarme a mirar la vida.

¿Qué le da más miedo? Que las cosas no salgan como tengo ganas.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Los humanos que tienen cualidades humanas y las usan muy poco.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Tal vez habría sido rico, porque me habría dedicado a invertir para ganar. En esta vida invertí para que la gente conociera lo que escribí, y gané muy poco. Pero si hubiera sido un rico sin disposición a escribir me habría aburrido.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Salgo a caminar un rato. Lo que no quiero es pensar que me queda algo pendiente para hacer en lo que resta del día.

¿Sabe cocinar? Cocino un poco para la gente que me quiere. Y como me quiere no comenta nada sobre lo que preparé.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Hay varios personajes que admiro. Pero me acuerdo más de sus actitudes que de sus nombres. Si eligiera uno sería injusto con los otros.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? No me gusta mucho la idea de “tener esperanza”. Entre las palabras que más me gusta está avanzar.

¿Y la más peligrosa? Esperar.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Varias veces. En mis cuentos me pregunto qué pasaría si pudiéramos matar sin sufrir ninguna consecuencia. La gente haría algo muy distinto a lo que suele contestar.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Mi ideal es una sociedad donde cada uno trabaje para sí mismo. Esto no puede más que ser provechoso; porque para beneficiarse a sí mismo hay que hacer algo bueno para otros, que si no es bueno no nos lo comprarían.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? No se me ocurre. Todos somos lo que tenemos vocación de ser.

¿Cuáles son sus vicios principales? Creo que el principal es pensar de más. Pero tal vez no sea tan malo porque siempre da origen a algún cuento.

¿Y sus virtudes? Tal vez sea la idea de que se puede hacer todo mejor, si es que la pongo en marcha.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Eso se sabe únicamente cuando uno se está ahogando. Hasta ahora no fue el caso.

T. M.

jueves, 11 de diciembre de 2025

Médicos, enfermeras y ambulancias en 1936-1939

Hace unos meses aparecía «Amor y sexo en la Guerra Civil», de Fernando Ballano, donde se ofrecía una mirada de la Guerra Civil Española no desde los previsibles aspectos desoladores, sino desde el placer y el romanticismo. Lo publicaba Arzalia Ediciones, cuyo editor, Ricardo Artola, siempre está atento a explorar la historia desde enfoques novedosos; en esa línea cabe contemplar «La sanidad en la Guerra Civil», de Virginia Casanova Durán, especializada en Cirugía General y del Aparato Digestivo en el Hospital Doce de Octubre de Madrid. Esta cirujana se ha hecho experta en el estudio de la atención sanitaria y quirúrgica, entre otras cosas, tras analizar la situación de los enfermos y heridos de nuestra contienda armada, acercando la labor de sus colegas médicos y enfermeras al lector actual. Su trabajo resulta encomiable, qué duda cabe, pues nos introduce en los métodos de curación en un contexto de extrema escasez de medios y estrés máximo.
Publicado en La Razón, 6-XII-2025

miércoles, 10 de diciembre de 2025

Entrevista capotiana a Ignacio del Burgo

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Ignacio del Burgo.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? En algún sitio con mar y buen clima.

¿Prefiere los animales a la gente? Defiendo siempre la dignidad humana. Dicho ello, algunos animales son más leales que muchas personas

¿Es usted cruel? En absoluto. Sigo la máxima de tratar a todos como quiero que me traten.

¿Tiene muchos amigos? Conservo mis buenos amigos de la infancia. Son como una familia.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Franqueza y estar cuando se les necesita, sin juzgar.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? Alguno lo habrá hecho, pero tengo mala memoria para eso.

¿Es usted una persona sincera? Lo intento siempre. Es más sencillo que fingir.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Con mi familia, mis amigos y escribiendo cuando surge la inspiración.

¿Qué le da más miedo? La pérdida de mis seres queridos.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La política basada en la mentira y la polarización que erosiona la convivencia.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Mi trabajo como abogado paga las facturas; escribir es vocación y forma parte de mi ADN.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Pasear. Mi forma de poner en orden la cabeza.

¿Sabe cocinar? A grandes rasgos, sí. Me gusta y me relaja.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?  Winston Churchill, por su complejidad y liderazgo.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Vida.

¿Y la más peligrosa? Fanatismo.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? Quizá, de niño, a algún profesor de matemáticas. Una tentación fugaz.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Soy un hombre de centro, decepcionado con la situación actual.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Periodista; y soñando a lo grande, actor.

¿Cuáles son sus vicios principales? Mi mujer diría que la impaciencia.

¿Y sus virtudes? El compromiso y la constancia; cuando creo en algo, persevero.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Mi infancia, mis padres y los rostros de quienes han marcado mi vida.

T. M.

martes, 9 de diciembre de 2025

La revista "Qué Leer" de este diciembre

Ya está en los quioscos el nuevo número de la revista Qué Leer (diciembre, núm. 322), que se complementa con otros textos que aparecen en su sitio web, Facebook y X.

En este enlace de Zinio se puede adquirir la revista y ver todo el sumario con un extracto de cada una de sus secciones: mi editorial "Alma en las Palabras", "Laureles", "Lletres catalanes", "Hoy" (narrativa, no ficción, poesía), "Protagonista", "Ayer" (efeméride, contemporáneo, clásico), "Cata", "Voz autoral", "Voz editorial", "Imágenes", "Hechos", "Novedades" e "Invenciones. Cien páginas repletas de reseñas, entrevistas, reportajes literarios, columnas de escritor, avances editoriales...

lunes, 8 de diciembre de 2025

Entrevista capotiana a Juan Miguel Aguilera

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Juan Miguel Aguilera.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Mi casa, con mis libros, mi ordenador y mi terraza con plantas. También me gusta salir de vez en cuando, pero —aunque suene raro decirlo— no lo pasé tan mal durante el confinamiento.

¿Prefiere los animales a la gente? A la gente, aunque siempre he pensado que los amantes de los animales suelen ser gente agradable.

¿Es usted cruel? A veces lo he sido si me he sentido agredido. Y luego lo he lamentado.

¿Tiene muchos amigos? No muchos, porque distingo entre amigos y conocidos. Y los amigos y amigas de verdad son algo especial para mí. Siempre he tenido más amigas que amigos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Busco poder hablar de las cosas que no puedo hablar con la mayoría de la gente: emociones, creatividad, ciencia, cine, novelas. Es algo que a veces no es tan fácil.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? No es lo normal, pero si sucede hay que saber perdonar. Yo también habré decepcionado más de una vez.

¿Es usted una persona sincera? Sí, hasta cierto punto. Para mí no tiene sentido señalarle a alguien sus defectos a no ser que pregunte tu opinión.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Me apasiona el cine, una buena charla con un pequeño grupo de amigos, leer.

¿Qué le da más miedo? La decadencia física y mental.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? La hipocresía y la falta de ética.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Estudié Bellas Artes y tenía un estudio creativo con el dibujante Paco Roca. Pero, bueno, si tengo que elegir algo que no tenga que ver con lo artístico, me apasiona el mundo de la ciencia. La investigación especialmente.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Antes iba al gimnasio cinco días a la semana, pero últimamente solo camino o uso la elíptica que tengo en casa. Curiosamente, mover las piernas me ayuda a desarrollar las ideas cuando escribo.

¿Sabe cocinar? Cocino muy bien. No lo digo yo, podría dar fe cualquier persona a la que he invitado en mi casa. Además, disfruto mucho haciéndolo, me relaja.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A Javier Redal. Una persona que literalmente me cambió la vida. Era un profesor de biología en el instituto en el que yo estudiaba BUP. Puso una convocatoria para hacer la revista del instituto, nos hicimos amigos y acabamos escribiendo cuatro novelas juntos. Me enseñó el amor por la ciencia y por lo racional.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Imaginación.

¿Y la más peligrosa? Estupidez.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No. Me puedo enfadar mucho, pero se me pasa demasiado rápido.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Creo que la razón está en el punto más alejado de los extremos.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Pues antes he dicho que científico, pero la verdad es que me siento feliz con mi vida y mi trabajo creativo siempre ha sido mi pasión. Si puedo repetir lo mismo corrigiendo algún que otro error, por mí perfecto.

¿Cuáles son sus vicios principales? Vicios creo que no tengo más allá de los que tiene todo el mundo en su vida privada, pero nada exagerado. Y cada vez menos, lamentablemente.

¿Y sus virtudes? Se puede confiar en mi palabra.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Ya he vivido algo parecido. Hace tres años tuve un ictus bastante grave. Durante varias horas estuve tirado solo en una camilla notando como mi cuerpo se iba apagando poco a poco. No sentía dolor, solo esa sensación de que te vas diluyendo, y al mismo tiempo mi mente funcionaba perfectamente. Eso me resultó fascinante, porque somos un mecanismo que tarde o temprano deja de funcionar, sin embargo tenemos una consciencia que ha interpretado toda la realidad hasta entonces. Parece absurdo que eso pueda desaparecer, pero así es. Estuve pensando en todo aquello, y esa fue la base de mi última novela. Eso es lo genial de ser escritor, que hasta el acontecimiento más traumático lo puedes utilizar como combustible para escribir. Si sobrevives, claro.

T. M.

sábado, 6 de diciembre de 2025

La feminista que exigía una sociedad igualitaria y reivindicó a los hombres

En 1790, la inglesa Mary Wollstonecraft publicó «Vindicación de los derechos del hombre» (ahora en traducción de Javier Fernández Rubio), una respuesta enérgica al conservadurismo de Edmund Burke y un manifiesto a favor de los valores revolucionarios de igualdad, libertad y justicia. En este texto, la madre de Mary Shelley despliega una defensa de la razón como fundamento esencial para la organización política y social, y desafía la legitimidad de los privilegios de la nobleza y el clero, además de criticar la hipocresía de las élites y el uso de la tradición para perpetuar la desigualdad. Este ensayo, precedente directo de su obra más conocida, concebida para una sociedad basada en el respeto por los derechos humanos universales, «Vindicación de los derechos de la mujer», pone de manifiesto su aguda sensibilidad política y filosófica, y hace de esta obra un texto fundamental para entender las raíces del pensamiento moderno y feminista.

Publicado en La Razón, 4-X-2025


viernes, 5 de diciembre de 2025

Entrevista capotiana a Jesús Villegas

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Jesús Villegas.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? La playa. La antigua huerta de mi padre.

¿Prefiere los animales a la gente? No.

¿Es usted cruel? Quizá sin proponérmelo pueda haberlo sido.

¿Tiene muchos amigos? Espero que sí.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Lealtad y buena conversación. Que sean buenas personas.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? No.

¿Es usted una persona sincera? No.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo y conversando. Por ese orden.

¿Qué le da más miedo? Las desgracias, las calamidades, la muerte.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? El cinismo de algunos. La desfachatez. La violencia. Los abusones.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Profesor.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Sí. La natación.

¿Sabe cocinar? Depende. Hago de comer. No sé si eso es cocinar.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Los personajes de García Márquez. No sabría cuál.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Amor.

¿Y la más peligrosa? Ideología.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No. Sí, que muriera (pero sin pensar, impulsivamente).

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Sentido común, honradez y libertad, ¿le vale así?

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Pájaro.

¿Cuáles son sus vicios principales? Fumar, es el más principal.

¿Y sus virtudes? Paciencia.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Mi madre. Mi mujer e hijos. Mi familia entera. No por ese orden, todos juntos.

T. M.

jueves, 4 de diciembre de 2025

Mujeres pensadoras ante la economía y la política

La vida y obra de Rosa Luxemburgo, Simone Weil, Simone de Beauvoir, Hannah Arendt, Iris Murdoch, Ágnes Heller y Judith Butler se mezclan y conectan en este libro de Mariana Dimópulos para arrojar luz sobre asuntos incuestionablemente interesantes en el terreno del pensamiento contemporáneo. Lo hace la autora con una marcada intención narrativa desde la primera línea, propia de una novela: «El trajín de París desvelaba y aturdía; cuando todo hubiera debido permanecer dormido, los carros seguían pasando con estruendo y los vendedores de periódicos anunciaban las noticias a voz en cuello, a veces hasta bien entrada la medianoche». Aparece entonces Luxemburgo casi como un personaje entregado a su trabajo intelectual a finales del siglo XIX, hasta ir hilvanando todo un recorrido por el XX y el presente que ejemplificará cómo estas autoras entendieron «que la lucha económica y la política iban de la mano, y la primera guiaba a la segunda».

Publicado en La Razón, 29-XI-2025

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Entrevista capotiana a Julio Vera García

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Julio Vera García.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Triana, un barrio espectacular y que lo tiene todo.

¿Prefiere los animales a la gente? No, prefiero a la gente y a la riqueza que cada persona puede aportar en tu vida.

¿Es usted cruel? Si alguna vez lo he sido, ha sido de manera inconsciente. Sí que es cierto que dentro de esa crueldad, a quienes mayor daño se le hace siempre es a las personas que más te quieren.

¿Tiene muchos amigos? Pues tengo la suerte de poder afirmar que sí. Aunque hay un escalón superior en el que tengo a mis amigos más íntimos, con los que más confianza tengo, con los que podría confiarle cualquier problema gordo o intimidad. Esos son unos pocos, pero me congratulo de poder contar con ellos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? Sinceridad, cercanía, disponibilidad, actitud crítica y que me sepa decir claramente cuando no tengo razón o estoy equivocado. No busco alguien parecido a mí, sino todo lo contrario, que discrepe conmigo y tenga puntos de vistas distintos.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? No, porque si no dejarían de serlo. Puedes encontrarse alguna desavenencia, pero no llegar al grado de decepción.

¿Es usted una persona sincera? Intento serlo. Claridad, transparencia y nada de máscaras, salvo cuando voy cada año a Venecia en carnaval con mi mujer.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Me gusta leer, escribir, idear y crear. Viajar con mi familia y conocer culturas distintas y, sobre todo, su gastronomía.

¿Qué le da más miedo? Las arañas. No las soporto. Pero también me da miedo el sufrimiento, en particular, de las personas que más quiero.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Llegados a los momentos que estamos viviendo, con las noticias que nos ofrecen los medios de comunicación, creo que escandalizarse es un término que ya parece ir adoptando tintes de naturalidad.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? Siempre me ha apasionado el arte, una vertiente muy distinta a la mía como científico licenciado en Ciencias Físicas.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? Hago entre 50 y 60 minutos de bicicleta estática todas las mañanas.

¿Sabe cocinar? Sí. Es algo que me encanta, me relaja y me permite evadirme del ajetreo del día a día. Intento probar y experimentar con cosas distintas y tocar todos los palos.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? Sobre María, la madre de Jesucristo. Por muchos motivos, pero fundamentalmente por su humildad, fidelidad, fe, obediencia, amor, fortaleza, generosidad, lealtad, sinceridad…

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Amor.

¿Y la más peligrosa? Envidia.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No. Rotundamente.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? Aquellas que no ataquen o vayan en contra de mi desarrollo profesional.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Director de cine.

¿Cuáles son sus vicios principales? La buena gastronomía y viajar siempre que puedo.

¿Y sus virtudes? No creo ser la persona más idónea para resaltar esas cualidades positivas aunque me he de inclinar por las virtudes teologales y en particular la esperanza.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Supongo que los momentos de felicidad y aquellas personas que han contribuido de una u otra manera a que los sueños se hicieran realidad. Pero, debido a lo inconformista que siempre he sido, seguro que un momento tan angustioso además de lo bueno y mucho que se ha hecho en la vida, siempre existirá algún recuerdo para lo que ha quedado pendiente por hacer.

T. M.

martes, 2 de diciembre de 2025

Curso "Binomios de la literatura rusa" en La Central del Raval, de 21 de enero a 11 de marzo


En mi nuevo curso en La Central del Raval, "Binomios de la literatura rusa", se recorren las dos últimas centurias de la literatura rusa, desde su primer gran autor, Pushkin, hasta la actualidad, siempre con un trasfondo sociohistórico y hasta político, pues de continuo el escritor ruso ha tenido que enfrentarse al poder (político, eclesiástico, militar, revolucionario, autoritario) para que sus obras vieran la luz. Veremos libros representativos de su momento y cómo trascendieron hasta hacerse universales. Y con un telón de fondo en que aparecerá un referente constante: Tolstói, más el comunismo, el Moscú del Terror, la vigilancia totalitaria, Stalin como personaje o la guerra en Ucrania.

Sesiones:


1 Alexandr Pushkin y Nikolái Vasílievich Gógol. La sociedad zarista y burocrática y los personajes que inspiran en la obra de estos dos autores considerados los fundadores de las letras modernas rusas.

2 Fiódor Dostoievski y Maxim Gorki. Examen de los textos en que ambos escritores profundizaron en las partes más sombrías de la condición humana, desde experiencias propias atroces.

3 Anton Chéjov y Lev Tolstói. Un maestro de cuentos que analizar, además de cronista en el fin del imperio, y otro que lo admiró como a nadie, un novelista ciclópeo con una fuerte carga moral en su mensaje humanístico y religioso.

4 Yevgueni Zamiatin y Evgenia Ginzburg. El primero escribió una distopía precedente de Orwell y la segunda fue una superviviente de un campo de concentración, como otras poetas que también analizaremos.

5 Aleksandr Solzhenitsyn y Vassili Grossman. Archipiélago Gulag y Vida y destino, dos obras clave para entender el ambiente de oprobio, material confiscado y miseria que vivieron muchos escritores.

6. Mijaíl Shólojov y Borís Pasternak. Un autor tolstoiano por la magnitud y alcance de su obra y afín al régimen de la URSS y otro que le superó en fama con el premio Nobel y su obra llevada al cine tras sufrir el ostracismo.

7. Liudmila Ulítskaya y Anna Starobinets. Voces desde el exilio tras la guerra de Ucrania frente al «regreso del estalinismo» y en la lista de «terroristas y extremistas» por criticar dicha guerra. ¿Literatura comprometida u oportunista?

8. Mijaíl Shiskin y Andréi Kurkov. La palabra libre convertida en un acto de oposición, por medio de dos autores actuales que critican la Federación Rusa actual y su política internacional. El análisis crítico desde el humor.

Calendario: Los miércoles, 21, 28 de enero; 4, 11, 18, 25 de febrero, 4, 11 de marzo
Horario: 11h a 12:30h
Lugar: La Central del Raval / Virtual

lunes, 1 de diciembre de 2025

Entrevista capotiana a Inés González

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Inés González.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Una cabaña con vista a un horizonte lejano. Necesito el viento y la montaña.

¿Prefiere los animales a la gente? Se me ocurren muchas maneras de contestar esta pregunta, porque la pregunta no especifica en qué sentido. Si se trata de compañía, prefiero a los animales, que respetan tu libertad, y con quienes me puedo comunicar en código de miradas y humores.

¿Es usted cruel? Lo he sido en alguna época de ignorancia e inmadurez. Actualmente, solo conmigo misma.

¿Tiene muchos amigos? No.

¿Qué cualidades busca en sus amigos? No las busco conscientemente. Siento que una especie de intuición nos va reuniendo. Pero si las buscara, sería la escucha activa, la sensibilidad artística y/o literaria, el buen humor y la empatía.

¿Suelen decepcionarle sus amigos? No.

¿Es usted una persona sincera? Creo que la sinceridad absoluta no existe: fuimos dotados de un cerebro que oculta y manipula para sobrevivir. Y depende del ámbito. En mi caso, el miedo a herir me puede llevar a decir mentiras blancas.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre? Leyendo y viendo películas (que es otra forma de leer).

¿Qué le da más miedo? La pérdida o el sufrimiento de mis seres queridos.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice? Que a estas alturas persista el pensamiento mágico religioso.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho? No me veo en ningún otro oficio, aunque he coqueteado con el canto.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico? No.

¿Sabe cocinar? Sí.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría? A mi tío materno Carlos Eduardo, de un pensamiento adelantado a su tiempo, aunque un soñador también. Me enseñó un escepticismo compatible con la bondad, a dudar de todo, a buscar el conocimiento, a apreciar la música, y quizá por su influjo me embarqué en la lectura y la escritura. Se suicidó a los 33 años.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza? Amén.

¿Y la más peligrosa? Deseo.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien? No.

¿Cuáles son sus tendencias políticas? De centro izquierda, si es que eso existe.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser? Un pájaro.

¿Cuáles son sus vicios principales? Actitud crítica constante y perfeccionismo. Me pueden, y me dificultan finiquitar proyectos. Gastronómicamente, el vino y el queso.

¿Y sus virtudes? Que lo digan mis amigos o familia; me es más fácil enumerar defectos. Aunque pensándolo bien, quizá una de ellas sería que siempre busco profundizar, no me gusta quedarme en la superficie de las cosas.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza? Los rostros queridos.

T. M.