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A Sergio
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Se apagaron las luces en el barrio
y las velas encendieron la mesa.
No hubo un instante más luminoso
que aquella oscura reunión de sonrisas.
Fui feliz mientras la luz de la noche
cumplió su tiempo, lugar y misión.
Luego, el aniversario tuvo un fin
y el recuerdo tan sólo fue presente.
Maldito sea aquel día dichoso
de imprevistas llamaradas fraternas;
tan lejos que parece una injusticia.
Pues aquellas velas siguen quemando
en la piel y en la pupila de ahora,
y sangra el taciturno ayer sin risas.
y las velas encendieron la mesa.
No hubo un instante más luminoso
que aquella oscura reunión de sonrisas.
Fui feliz mientras la luz de la noche
cumplió su tiempo, lugar y misión.
Luego, el aniversario tuvo un fin
y el recuerdo tan sólo fue presente.
Maldito sea aquel día dichoso
de imprevistas llamaradas fraternas;
tan lejos que parece una injusticia.
Pues aquellas velas siguen quemando
en la piel y en la pupila de ahora,
y sangra el taciturno ayer sin risas.